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Channel: Los libros de Aache
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Un palacio del Renacimiento

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Si el más conocido de los edificios históricos de la ciudad de Guadalajara es el palacio de los duques del Infantado, por su grandiosidad volumétrica, y por la exuberancia de su decoración tardogótica, no le va a la zaga el palacio de don Antonio de Mendoza, uno de los próceres de aquel linaje, que también en los años finales del siglo XV inició la construcción de sus casas principales. Al conocer la diferencia de años en la construcción de uno y otro edificio, de tan sólo 5-7 años, sorprende el cambio radical de estilos de uno a otro, pues si el don Iñigo López de Mendoza, segundo duque, es la efervescencia del estilo gótico flamígero, el de su sobrino don Antonio de Mendoza es ya el más puro del renacimiento.Situado en la parte baja de la ciudad antigua, y durante muchos años dedicado (desde 1850 hasta la actualidad) a Instituto de Enseñanza Media, el valor de esta construcción es enorme, por cuanto puede decirse que muy probablemente sea el primer palacio construido en la península ibérica en estilo puramente renacentista.Su autor, Lorenzo Vázquez, tras su viaje de aprendizaje por Italia, y contratado por los Mendoza para dotar a sus nuevos edificios de los cánones del nuevo lenguaje arquitectónico proveniente de la península latina, levanta en Guadalajara este edificio que es suma de las perfecciones y los equilibrios, pura medida, pulcritud al máximo en la estructura, la perspectiva, los adornos, los recursos constructivos: admirable su patio, especialmente llamativo por la doble serie de galerías y los capiteles de “Renacimiento alcarreño” que aquí se estrenan. Maravillosa la portada que da al patio interior hoy demasiado espeso de vegetación, antaño despejado, en la que sobresalen los triunfos militares y las frases de exaltación clásica. Y especialmente llamativa la portada del anejo edificio de la iglesia de la Piedad, que mandado construir unos años después, hacia 1535, por doña Brianda de Mendoza, expone la manera más preciosista de medir y tallar de Alonso de Covarrubias.Estas maravillas del arte, junto a las vicisitudes históricas del personaje, de su familia y del entorno guadalajareño de la época, en los inicios del Siglo del Renacimiento, son las que aportan en su libro los profesores Antonio Herrera Casado y Antonio Ortiz García, que se demuestren conocedores a fondo del tema.Es este un libro que monográficamente nos da la visión completa de un edificio, aislado, pero muy expresivo del ser monumental y sobrio de esta ciudad castellana, Guadalajara, que hoy ha cuidado su legado cultural en los pocos edificios que han sobrevivido, y en este del palacio de don Antonio de Mendoza nos ofrece y explica el devenir del arte en el contexto de una historia.

Datos del libro: Herrera Casado, A.; Ortiz García, A.: El palacio de don Antonio de Mendoza en Guadalajara. Aache Ediciones, 1997. 104 páginas. Ilustraciones en color. ISBN 84-87743-81-1. Precio, 6 Euros.

Secretos de los Archivos

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“Fuentes documentales y bibliográficas para la historia de Guadalajara”. Aache Ediciones, Guadalajara 1997. Promovido por la Asociación de Amigos del Archivo Histórico Provincial de Guadalajara. 256 págs. 15 x 21 cms. Con muchísima bibliografía, este libro dirigido por Manuel Martín Galán y Riansares Serrano Morales es una herramienta de trabajo, valiosísima, para cuantos desean iniciarse en la investigación seria sobre la ciudad de Guadalajara, los pueblos de su provincia, o los elementos artísticos, costumbristas y anecdóticos de esta tierra, porque en sus ocho capítulos se desgranan los temas que ya hay hechos y los quedan por hacer, se dan ideas, se ofrecen pistas y trucos, se explica la forma de acceder a archivos, museos y colecciones bibliográficas, y en definitiva se constituye en amigable compañía y ayuda para empezar en la hermosa tarea de la investigación histórica en torno a Guadalajara.
Para darse mejor idea del contenido de este libro, conviene leer el Índice, y de este modo comprender los materiales que ofrece:

1. Proyecto de descripción e informa­tización de proto­colos del Archivo Histórico Provincial de Guadala­jara: Aspectos metodológicos, por Rafael de LUCAS

2. La investigación histórica y los protocolos notaria­les: Líneas metodo­lógicas, por Juan Carlos ZOFÍO LLO­REN­TE y Teresa PRIETO PALOMO

3. Revisión crítica de la historia política y social de la ciudad de Guadalajara a partir de su bibliogra­fía, por Manuel RUBIO FUEN­TES

4. Fuentes documentales y bibliografía en la historia de la ciudad de Guada­lajara: el siglo XVIII, por Félix SALGADO OLMEDA

5. Revisión crítica de la historia económica de la ciudad de Guadala­jara a partir de su bibliografía, por Ángel MEJÍA ASEN­SIO

6. Hacia una historia urbana de Guada­lajara, por Pedro José PRADILLO Y ESTEBAN

7. Revisión crítica de la bibliografía sobre historia del arte de los siglos XVI a XIX en la ciudad de Guadalajara, por  José Miguel MU­ÑOZ JIMÉNEZ

8. La cultura en la ciudad de Guadala­jara durante los siglos XVI a XIX. Análisis historiográfico, por Plácido BALLESTE­ROS SAN JOSÉ.


En definitiva, una obra clave, rigurosa y hasta entretenida, porque puede leerse también como una forma de comprender mejor la ciudad y provincia de Guadalajara, a sus habitantes de hoy y de ayer, a sus progresos y metas.

Voces del desierto

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Ouchna, Zayd: “Amzruy s izli”. Aache Ediciones, Guadalajara, 2014. 220 págs. 17 x 24 cms. ISBN 978-84-15537-57-1

Un libro singular, sin duda, el que nos ofrece la editorial alcarreña Aache, al haber contactado con los representantes del pueblo amazigh (“los hombres libres”) aquí en España, y publicar esta obra en la que se recoge en forma de relatos breves, y de poemas casi épicos, la historia de este pueblo “bereber” a lo largo de los últimos cien años.
Primero de todo, localizar a los amazighs, que constituyen un pueblo con personalidad propia desde hace miles de años. Son los primitivos pobladores del norte de África, y a los que encontraron los romanos cuando se adentraron desde las costas del Mediterráneo hacia las misteriosas tierras interiores, ya por entonces áridas, pero con núcleos importantes en torno a oasis. Siglos después se les denominó bereberes, como un apelativo de connotaciones despectivas al considerárselos “bárbaros”, aunque ellos solo hicieron que mantener su cultura y sus costumbres pasadas de abuelos a nietos, desde cientos de generaciones.
Viven todavía, un buen número de personas, en el área más oriental de Marruecos, entre las faldas meridionales del Atlas y las septentrionales del Anti-atlas, en un espacio realmente seco, árido, desértico y misterioso.
La forma de transmisión de la cultura amazigh ha sido siempre oral, a través de “bardos” o poetas populares que han ido recitando, en forma de poemas, sus antiguas historias, sus leyendas, sus mitos tradicionales. También lo han hecho a través de la escritura, del alfabeto “tifinagh”, como elemento más culto de transmisión de los conocimientos. El reino de Marruecos reconoció hace pocos años en su Constitución la existencia de esta lengua y el respeto que merece, aunque desde hace muy poco tiempo se está estimulando el aprendizaje del árabe incluso en estas áreas de los amazighs.
La cultura de esta región, formada por inmensas extensiones de montañas violentas y áridas llanuras, se centra en las poblaciones que sobreviven en torno a densos oasis con reservas de agua y muchas palmeras. Uno de esos lugares es Tadighouste, el pueblo natal del autor del libro que comentamos. Impresiona el enorme palmeral donde se cultivan los alimentos vegetales y la seca altivez del poblado, en el que destacan castilletes, fortalezas, mezquitas y kasbas de puro adobe. Una de ellas aparece en la portada de este libro. El autor es Zayd Ouchna, un escritor muy conocido en el área, y un investigador del costumbrismo y las esencias de los amazighs. Él recopila, en esta obra, los relatos de otros cuatro “bardos” que vivieron a lo largo del siglo XX y que fueron relatando en los pueblos bereberes sus antiguas consejas, sus milenarias creencias. De esos bardos famosos, en este libro se aportan los relatos de cuatro de ellos, casi todos ya fallecidos:Aachaq Sekou (que aparece en la cubierta del libro), Ueesta, Lbaz, y 3mer Umehfud, que aún vive. Todos ellos alcanzaron la ancianidad con la vista perdida, probablemente (pensamos) de haberles llegado tanta luz desde el desierto, pero con la cabeza muy despierta, llena de recuerdos y sabiduría.

El libro, por tanto, es algo único y maravilloso. Con una cubierta de Latifa Habib y una breve introducción de Zayd Ouchna, da paso a los relatos de los cuatro bardos, que además de narrar antiguas leyendas, dicen las cosas ocurridas en el país de los hombres libres a lo largo del siglo XX. Un libro derecuerdos y de protestas, al mismo tiempo. Un libro que está pensado exclusivamente para los amazighs, los bereberes extendidos por el mundo, especialmente por España, Italia y Francia, donde hoy residen muchos de ellos. El único problema, que está publicado exclusivamente en tifinagh, aunque en su doble vertiente de alfabeto latino y alfabeto tradicional cuyos signos tanto recuerdan los petroglifos del interior  del Sahara. Está, por tanto, dirigido fundamentalmente a ellos, aunque bien puede valer para resguardar, en las bibliotecas europeas, esta antigua cultura de tan frágil pálpito hoy en día.

La fuente de los cuatro caños, de Pastrana

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Carlos Clemente San Román; Aurelio García López: “La fuente de los cuatro caños de Pastrana”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2003. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 43. 120 páginas.

Con motivo de la restauración de este elemento patrimonial alcarreño, el director de la actuación, el arquitecto complutense Carlos Clemente, y el historiador de la misma Universidad de Alcalá, Aurelio García López, han elaborado una publicación en la que además colaboran Antonio Sánchez-Barriga Fernández, y María del Carmen Seoane Fernández, cada uno escribiendo un amplio capítulo referente a la historia del monumento, a su estructura y uso, a las tareas de restauración que han sido precisas para su recuperación, y al más interesante, quizás, de todos los temas, la iconografía y simbolismo del monumento.
Con la brevedad, y el buen gusto de las ediciones de Aache en estos libros monográficos que conforman la Colección “Tierra de Guadalajara” (de la que este libro es el número 43, los autores van desgranando sus conocimientos y haciéndolos llegar al lector, que los recoge con sencillez y claridad. Muchísmas fotografías, de conjunto y de detalle, más planos, realzan el valor de este estudio. En él se concreta, por parte de Aurelio García, la época y el autor que construyeron la fuente, y que no fueron otros que Francisco de Tuy, en 1588, aunque posteriormente sufrió reformas, cambios, hasta esta última de 2002, en que a la fuente se le ha saneado y devuelto su primitivo aspecto, que es verdaderamente espectacular.

El libro dedicado a “La Fuente de los Cuatro Caños” de Pastrana tuvo una demanda muy grande en los primeros momentos, pues muchos habitantes de la alcarreña villa quisieron tener la amplia documentación que hablaba de su fuente más querida y de sus avatares. En estos momentos, se considera un libro raro y difícil de encontrar, pero siempre abierto a entregarnos su enorme carga de información y el atractivo de esta pieza patrimonial de la Alcarria.

La Venta del Caballero

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Sánchez Duque, Isabel; Escudero Buendía, Francisco Javier: “Manjavacas, la Venta del Caballero”, Colección “Tierra del Quijote” nº 3. Aache Ediciones. Guadalajara, 2014. 192 páginas, numerosas ilustraciones y mapas. ISBN 978-84-15537-59-5. PVP, 15 €

Nace este libro, en su forma impresa, tras la enorme repercusión mediática de la que ha sido propuesta de sus autores, acerca de la posibilidad (seguridad, según ellos) de que la Venta donde Cervantes imaginó que se hizo caballero a Don Quijote, fuera una Venta real, conocida por el escritor castellano, y localizada en el Camino de Toledo a Murcia, exactamente en el lugar de Manjavacas, término de Mota del Cuervo.
Un estudio inicial, breve pero muy válido, entretenido pero riguroso, acerca de “la realidad geográfica del Quijote” señalando lugares seguros, apuntando otros, en tres niveles de certeza, es lo que Escudero utiliza para abrir esta obra que sin duda inicia un camino largo y espléndido, el del reconocimiento de La Mancha como lugar cierto de la aventura quijotesca, con nuevas propuestas y soluciones.
Proponen los autores el Camino de Toledo a Murcia como un clarísimo hilo conductor, además de los pueblos del Común de la Mancha frente al Campo de Montiel, y apuntan un buen núcleo de propuestas que van a desarrollar en futuros libros, aunque en este ya quedan claramente definidas sus ideas.
El segundo capítulo de esta obra trata de la arqueología de Manjavacas y Mota del Cuervo. Lo primero que nos da Isabel Sánchez Duque, en su perfecto trabajo, es la seguridad de que Manjavacas es un despoblado, y allí hubo un núcleo de población al menos en 1243, y perteneciente a la Orden de Santiago. Estudia el gran “Camino” que es antiguo y utilizado desde hace muchos siglos, y en él los puntos arqueológicos reseñables, ofreciendo una nueva visión de la arqueología manchega. Aparecen “cerros de las nieves” y “motillas” por varios puntos, todas ellas lugares de asentamiento primitivo. Dedica espacios amplios a describir y analizar los hallazgos de lugares como el “Cerro de las Nieves” de Pedro Muñoz, que ella conoce a la perfección, el Cerro de la Virgen de Criptana, el Montón de Trigo, la Motilla de Pozo Nieve, en Mota, el Montón del Toboso y Manjavacas. Pero añade datos del Albardinal, del Pradejón, del Cerrero o del Pozo Villarejo. El estudio de la arqueología manchega, que ya adelantó en su libro sobre los “fundadores y pobladores” de Tomelloso, es realmente espectacular.
Sigue Escudero analizando los elementos cervantinos delpaisaje, y nos habla de los bosques y las dehesas. El Bosque de Haldudo es uno y la Dehesa de la Orden otra. Pero entra a investigar sobre las posibilidades ganaderas de la zona como espacio quijotesco, y concluye que el hidalgo protagonista era sin duda de una villa santiaguista. Todo a través de esas frases como en clave que Cervantes deja caer en su texto, y que muchos han analizado antes: “En cuatro se dividía…” el camino. No lejos de Manjavacas.
Analizan los autores el significado y valor de los portazgos para mejor comprender el Quijote. Y estudia con un detenimiento hasta ahora no usado las ventas, sus localizaciones, donde estaban como funcionaban, sus estructuras, etc. También hace eso con los mesones de los caminos, los de El Toboso, la Venta de Anton Sánchez en Pedro Muñoz, etc.

El libro acaba con dos capítulos que gustarán especialmente en Mota del Cuervo: la devoción a la Virgen de la Antigua en Manjavacas, su fiesta veraniega, la ermita, etc. Es, en definitiva, un libro valioso, documentado, muy bien escrito, apasionante en suma. Que abre un camino para saber más de Cervantes, de su personaje de ficción, de los lugares por donde (siempre en la imaginación fértil del complutense) anduvo arreglando el mundo…

Vida y obra del Marqués de Santillana

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Herrera Casado, Antonio:“El marqués de Santillana. Marco, ruta y significados vitales”. Aache Ediciones, Guadalajara, 1998. ISBN 84-87743-93-5. 84 págs., grabados diversos. 6 Euros.
Una completa monografía sobre uno de las figuras históricas claves en el desarrollo de la ciudad de Guadalajara: trayectoria vital, política y aliento cultural sobre la ciudad y provincia de Guadalajara. Con motivo del sexto centenario del nacimiento de esta figura del Renacimiento español, y eje durante la primera mitad del siglo XV de la vida política y cultural de Guadalajara, se presenta esta obra que ha resultado ser definitiva para el conocimiento preciso de este personaje en todas sus dimensiones.

Iñigo López de Mendoza fue hijo del almirante Diego Hurtado de Mendoza y de Leonor de la Vega. Le casaron muy joven, a los 14 años de edad, en 1412, con Catalina de Figueroa (1412), hija del maestre de Santiago, Lorenzo Suárez de Figueroa, y gracias a ello pudo formar su formidable patrimonio, hasta el punto de convertirse en uno de los grandes de España más poderosos e influyentes del siglo XV castellano.

Desde muy joven intervino en la compleja política de su tiempo, primero con don Fernando de Antequera, y más tarde con su hijo, el Infante Enrique, pasando luego al servicio directo de Álvaro de Luna. Su participación en las diferentes ligas y confederaciones de la nobleza castellana fue decisiva. De todo obtuvo importantes beneficios. Mantuvo a lo largo de su vida la fidelidad al rey Juan II, aunque se enemistó con Álvaro de Luna a partir de 1431. No por ello militó en el bando de los aragonesistas; en la batalla de Olmedo (1445) participó en las filas del ejército real,  tras lo cual el rey le concedió el marquesado de Santillana, espacio de la cordillera cántabra en la que había heredado importantes territorios de su madre. Iñigo López contribuyó claramente a la caída de Álvaro de Luna (1453), y a partir de entonces comienza a retirarse de la política activa. Su última gran aparición se produce en la campaña de Granada de 1455, ya bajo el reinado de Enrique IV. Después se retira a su palacio de Guadalajara para pasar en paz los últimos años de su vida.

Huérfano de padre desde muy pequeño, y también de madre en su adolescencia, se educó en la refinada corte aragonesa de Barcelona, donde mantuvo relación cultural con Jordi de Sant Jordi, copero, y Ausias March, halconero real, reuniendo a lo largo de su vida una notable biblioteca, que después quedó en la casa del Infantado y de los Osuna. Su idea de la literatura, aun tras haber pasado a los anales de los más altos poetas castellanos, es todavía estrictamente medieval, según se refleja en el famoso Proemio, o carta prologal a la colección de sus obras enviada a don Pedro, condestable de Portugal, que se tiene, con exageración de algunos, como la primera «historia de la literatura española».

Según la referencia bio-bibliográfica que en la Historia de España de Alianza Editorial (Madrid 1991) dirigida por Miguel Artola, escriben Juan Carlos Mainer y César Olivera Serrano, la obra del marqués de Santillana “es en realidad un reflejo de las ideas de poesía como ciencia y de la teoría de los estilos heredadas del siglo anterior y, en su aspecto más interesante, un testimonio del cambio de gustos nacido al calor de novedades internacionales que cita: el dulce stil nuovo italiano, el alegorismo francés de Alain Chartier y el Roman de la Rose y, sobre todo, el alegórico modo introducido en España por Francisco Imperial. En el estilo elevado que éste introdujo en el Cancionero de Baena— al que son consustanciales el ritmo acentual muy marcado del verso de arte mayor (dodecasilábico), el cultismo léxico crudo, la referencia mitológica y la alegorización sistemática— escribió Santillana sus composiciones poéticas de mayor empeño: Defunción de Don Enrique de Villena, Coronación de Mosen Jordi, Infierno de los enamorados, y la más larga Comedieta de Ponza, donde se lamenta de la derrota naval sufrida por Alfonso V de Aragón y alude a su victoria final (de ahí, como en su modelo Dante, el curioso título de «comedia», que apunta al final feliz de los hechos).

Sobre modelos petrarquistas y dantescos escribió también sus cuarenta y dos sonetos «al itálico modo», primeros en la lírica española tras un par de Villalpando. Al tono moralizante y más simple de expresión corresponden su Doctrinal de privados (feroz ataque contra el de Luna), los Proverbios de gloriosa doctrina y el diálogo de Bías contra Fortuna, quizá el que reúne más afortunados momentos en la glosa de tópicos senequistas y en su presentación de un tema —las mudanzas de fortuna— tan de su época. Más numerosas son sus poesías de tema amoroso al modo cancioneril: entre ellas tienen particular relieve sus encantadoras serranillas (donde el tradicional encuentro amoroso de serrana y señor se estiliza mucho sobre los modelos anteriores) y el Villancico a sus tres hijas, atribuido en algunos lugares a Suero de Ribera, que ensarta con delicada gracia cancioncillas”.
En este libro de Herrera Casado, se atiene el autor a la sistemática estructuralista para analizar la vida y obra del marqués de Santillana. Y así surge el análisis de los ancestros, viendo al marqués como heredero de una estirpe larga, antigua, los Mendoza. Analizando luego las fechas claves de su vida, y entrando después en el examen de los hitos principales de su obra: la política, la literatura, el arte y la familia.

Es la estructura de esa vida y obra la que ocupa la parte principal del libro, viendo primeramente el marco vital (el territorio y la historia), luego la ruta vital (nacimiento y educación, ejercicio político, ejercicio señorial, ejercicio humanista, ejercicio literario y protector de las artes) acabando con los significados vitales, que son la Guerra y la Paz, discurriendo numerosas de sus anécdotas a través de las facies múltiples de esos dos antagónicos presupuestos.


El libro, pequeño, de 80 páginas, se lee con facilidad y supone el apoyo para cualquiera que decida saber, en serio y rápidamente, quien fue Iñigo López de Mendoza, y qué fueron sus hechos, sus obras, sus recuerdos. 

Tradiciones populares en un lugar de La Mancha

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Castellanos Fernández, Francisca: “Villamayor de Calatrava. Tradiciones populares de transmisión oral. Coplas, romances, cuentos y leyendas”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2014. 200 páginas. Tamaño 17 x 24 cms. 18 €

Un libro que nos entrega, recuperados de arcanos arcones, un sin fin de textos viejos y tradicionales, un mar de leyendas formadas con la sonoridad del romance, con el misterio de los cuentos, con la alegría de las coplas. Es este un libro que viene feliz a ofrecernos un recorrido por las tradiciones populares de Villamayor de Calatrava.
Ha pasado la autora largos años recogiendo de la voz de sus mayores, este sin fin de coplas y cuentos, y con paciencia los ha armado en forma de libro, con unas explicaciones previas, y con la imponderable galanura de entregárnosla ordenadas y asentadas en un libro de fácil lectura, con su índice más que suficiente para encontrar los que se busca.
Este libro se introduce en un tiempo histórico en el que la voz del romance, el sonido de la zambomba, y el calor de la lumbre propiciaron momentos únicos en los hogares de esta población manchega. Al sur de Ciudad Real, y no lejos ya de las suaves ondulaciones de Sierra Morena, Villamayor de Calatrava fue durante siglos un lugar diana de consejas y canciones: la tradición popular, la alegría y la filosofía del buen vivir, marcada a fuego sobre los recuerdos de quienes vivieron aquellos días.
Paquita Castellanos tiene por objetivo rescatar una herencia familiar que está hecha de palabras, de cantares, de coplas y leyendas, bien estructuradas, y añade el valor de clasificarlas, valorarlas y salvaguardarlas para las futuras generaciones.
Especialmente interesante es el estudio inicial sobre la poesía y las zambombas en la Navidad de Villamayor de Calatrava. Pero también aparecen los antiguos juegos, y las canciones infantiles… un mundo redondo que no debe olvidarse.
Por todo ello consideramos este libro como fundamental para añadirse a la ya larga exposición de aportaciones costumbristas sobre la Mancha sureña. En la cubierta un viejo molino y la silueta recortada en chapa de don Quijote, nos dicen que la Mancha es larga y es abierta: en esta obra además se nos ofrece su caudal, riquísimo, y por desgracia casi perdido, de muestras escritas (que antes fueron habladas y cantadas) de su folclore más íntimo.


A.H.C.

Poemas con fuerza y fantasía

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Mañueco, Juan Pablo: "Cuarenta Sonetos Populares y cinco canciones diversas". Aache Ediciones. Guadalajara, 2014. 100 páginas. ISBN 978-84-15537-63-2. 12 €.

Un nuevo libro de Juan Pablo Mañueco, en el que nos brinda la fuerza de su verso retumbante, sonoro y bien escrito. En este libro se juntan muy diversos temas, salidos todos de la mano inagotable, del venero omnipresente. Así dice de él Antonio Herrera, en el prólogo de la obra:

Como un aire cargado de versos, de rimas, de sonrisas y aspiraciones, de sutiles sugerencias, de tantas cosas que uno no acaba de definir, se nos llega este libro, uno más en la ya abundante peripecia literaria de Mañueco, que es tan variada como la vida que nos rodea, y que nos sugiere nuevos perfiles para las cosas que a diario vemos.
No quieren ser estas líneas valoración del libro, encomio del autor, aplauso sin más por unos pasos razonablemente bien escritos, sino que pretenden dar voz a la impresión que queda cuando se ha leído entero el repertorio del poemario y aún gustaría leer más, escuchar el ritmo que gotea de cada hoja.
Nombrar los doce meses del año, contarlos y cantarlos, decir de ellos su cifra y su milagro, me supone siempre la obligada memoria de la piedra tallada de Beleña: en el recóndito confín de la Campiña y la Serranía, donde el agua del Sorbe baja fría desde la altura gris del Ocejón, un tallista anónimo, optimista y cuidadoso nos dejó en el siglo XIII su visión del Cosmos, del año entero, de las tareas que los hombres y las mujeres enfrentaban, mes a mes, para vivir lo mejor posible, para divertirse y razonar, aprendiendo del paso inexorable del tiempo. Mañueco parece atisbar desde lejos la portalada románica del templo de Beleña, y aprovecha enseguida su emocionada visión para darnos doce sonetos que componen un retablo del año, un sabor de sabores y olores, de alegrías fundadas.
Para los diez años de la primera década de este siglo en que vivimos, como si de un resumen periodístico se tratara, Mañueco reserva otros tantos poemas que recuerdan hechos y atropellos, apariciones y dolores, desde la caída de las torres gemelas de Manhattan, a la aparición del euro como moneda de la vieja Europa; desde la declaración de las siete maravillas del mundo a los ajustes que todo lo desajustan. Se hace raro ver un conjunto de sonetos dedicados a temas tan prosaicos, pero a lo que se ve el autor, Juan Pablo Mañueco, puede con todo.
Y ya superados los momentos de perplejidad, el lector se siente cómodo en esos sonetos de amor, a los que rodea el asombro, porque todo es hermoso en ellos, la voz y el eco, las octavas olas con que canta a Lisboa, o el ardor de llama espiritual y tierna con que alaba y reclama a su amada.
Un libro este que es plural y llamativo, porque los temas que se desordenan en el índice, que afluyen por las cuatro esquinas al estanque de la lectura, se suman al fin en una sola idea: la del manejo del idioma, de los recuerdos, de los saberes y las emociones. Y la del poso último de belleza y humanidad que de ellos fluye. Un libro honrado que me encontré al pasar, y no he podido resistirme a leerlo, a disfrutarlo, a llevarlo ya, como lo llevo, prendido en la memoria de las firmezas.



Todo el Renacimiento Alcarreño

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Herrera Casado, Antonio: "El Renacimiento en Guadalajara". Editan Aache y Nueva Alcarria. Guadalajara, 2006. 256 páginas. 21 x 30 cms. a todo color. ISBN  978-84-96885-07-3. PVP, 30€


Este libro ofrece al lector una visión completa del momento en que el Renacimiento, surgido en la Italia del Quatroccento, se expande por toda Europa y llega a España, a través de la alcarreña puerta que los Mendoza abren. Ese momento dura casi dos siglos, desde la segunda mitad del siglo XV, al comedio del XVII, abarcando el discurso histórico de la expansión poderosa de la nación española, fraguada sobre su dominio político en Europa y su incansable tarea de expansión transatlántica.

Recoge esta obra todo cuanto hasta ahora se sabía sobre el Renacimiento en Guadalajara, y que andaba desperdigado y en ocasiones inconexo. Con este libro se entenderá mejor, desde ahora, ese periodo extraordinario, social y cultural, que vivió la tierra de Guadalajara durante dos siglos.

Esta magna obra, debida a las investigaciones y capacidad didáctica del profesor Herrera Casado, fue inicialmente publicada en forma de entregas por fascículos por el diario alcarreño “Nueva Alcarria”, entre enero y abril de 2006, por lo que ya tiene ampliamente difundido su mensaje, que ha sido recibido con excelentes críticas. Ahora en forma de libro, encuadernado en gran tamaño, y con toda su carga gráfica impresa a color, ofrece las características de unidad y belleza que al libro corresponde.

Basta dar un repaso somero a su índice, para tener conceptos de lo que va la obra:
  1. El Renacimiento y la recuperación del hombre, con sus presupuestos históricos, filosóficos y artísticos
  2. Los protagonistas, con amplias referencias al marqués de Santillana, al Cardenal Mendoza, y a los obispos de Sigüenza
  3. Aspectos sociales del Renacimiento, con estudios sobre “La guerra como obra de arte”, “la familia como ejército”, “La heráldica afirmativa” y otros.
  4. Letras y libros del Renacimiento alcarreño, con un amplio recorrido por la producción literaria renacentista en Guadalajara.
  5. La imagen visual del Renacimiento alcarreño, en el que se ofrece un extraordinario catálogo de edificios, que se catalogan, en líneas generales, como:
  6. Patrimonio heredado, con los edificios más cultos y excepcionales.
  7. El patrimonio rural y villano, con iglesias de pueblo, arte mueble, retablos, pinturas, picotas, torres, orfebrería, rejería, etc.
  8. Los hacedores del Renacimiento, un gran capítulo dedicado a los arquitectos, pintores, escultores y orfebres.

Todo ello supone un estudio completo, amplio como no se había hecho hasta ahora, y sencillo a un mismo tiempo, de tal modo que cualquiera interesado en la visión general, o en el análisis relativo de todos los detalles del Renacimiento en tierras alcarreñas (palacios señoriales, el arquitecto Lorenzo Vázquez, la catedral de Sigüenza, el pintor Hernando del Rincón, la heráldica de los Mendoza, los grandes retablos platerescos, etc.) podrá satisfacer su curiosidad y tener una amplia base de referencias para más amplios estudios posteriores.

Pastrana de verdad

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Herrera Casado, Antonio: “Pastrana, paso a paso”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2009. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 73. 144 págs. ISBN 978-84-96885-93-6. PVP 12 €.
Pues ahora va de verdad. Ha salido a la calle el libro Pastrana, paso a pasoy lo firma Antonio Herrera Casado. Una garantía de calidad y saber. El libro, sin embargo, no es artículo de erudición o pensamiento. Es una guía de la villa castellana de Pastrana, uno de los lugares más interesantes y apacibles de nuestra tierra alcarreña. Cuajado de memorias históricas, resonancias renacentistas, moriscas y ducales. Pleno de monumentos y patrimonio mayor/menor, desde palacios grandiosos a templos monacales. Con un Museo que ya quisieran para sí muchos pueblos y ciudades de España: en el Museo de Pastrana se encuentra una colección extraordinaria de tapicerías flamencas del siglo XV: es la colección de tapices de la Guerra de Africa de Alfonso de Portugal. Algo que emociona y asombra cuando se ve. Y ahora enmarcado por un Museo renovado y puesto al día.

Este libro es realmente una joya porque reúne todos los elementos que hacen perfecto a un libro guía para recorrer y conocer un pueblo. Para hacer turismo. Para saber de España. Concisión y verismo; orden en la exposición; buenas, muy buenas imágenes (el que ha hecho las fotos sabe de imagen, de contrastes, de colores… y perspectivas) y añade dibujos (al parecer son también del autor) describiendo con sobriedad los mejores edificios, casas típicas, colegios, palacios, fuentes y rincones de la villa.

En cualquier época del año en la que se planeen hacer salidas cortas, de una jornada, desde casa al mundo y volver, Pastrana está a la distancia justa de Madrid, Valencia y Valladolid para poder ser visitada en un día, dos a lo sumo. Y para tomar conciencia de que hay que volver. A Pastrana siempre se vuelve. Y más ahora, con este libro Pastrana, paso a paso que acaba de editar AACHE y que recomendamos vivamente.

El caballero del Verde Gabán

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Escudero Buendía, Francisco Javier; Sánchez Duque, María Isabel: Socuéllamos. Las tinajas del Caballero del Verde Gabán. Ediciones Aache. Guadalajara, 2014. Colección “Tierra del Quijote” nº 4. 192 páginas, numerosas ilustraciones sobre el Museo del Vino de Socuéllamos. ISBN 978-84-15537-65-6. PVP: 15 €

Con ocasión de la inauguración del “Museo del Vino” en Socuéllamos aparece esta obra, que es de investigación y divulgación a un tiempo, pues en ella aparecen las imágenes correspondientes a los paneles del Museo del Vino, pero también un estudio detallado con numerosos documentos acerca de la evolución de la producción y comercio del vino en la localidad manchega y por extensión en la Mancha de Santiago.
Destacan varias cosas en esta publicación, que es una más de las que salen de la mano de estos investigadores manchegos, Escudero Buendía y Sánchez Duque, en colaboración prolífica, y que nos van dando claves para entender esta tierra, sus personajes, su economía, su historia y su patrimonio. En torno a la figura de don Quijote, que por ser de ficción parece que no tiene qué ver con el espacio en que sus aventuras se desarrollan, han ido apareciendo datos acerca de los caminos y las economías de aquella comarca a lo largo de los siglos.
Uno de los capítulos más interesantes de este libro es el que versa acerca de “La Arqueología del Vino” y la Mancha de Vejezate. Todo el territorio manchego que estuvo ocupado por la Orden de Santiago en siglos pasados va desvelando sus secretos, especialmente en lo relativo a su poblamiento prehistórico, y por consecuencia, la progresiva población y desarrollo de sus actuales villas. En este capítulo se pone de relieve la importancia real del camino de Toledo a Murcia, como eje vertebrador de aquellas tierras, desde la más remota antigüedad. La autora del capítulo analiza restos arqueológicos, ubicaciones de poblados, evolución de sus poblaciones, y de ahí coligen la importancia de la economía del viñedo desde antiguos tiempos.
Por otro lado, y bajo los títulos de “Elementos cervantinos” referidos al paisaje, al Caballero del Verde Gabán, a los castillos-ventas y a los palacios-encomiendas, nos va desvelando la relación auténtica que existe entre las exposiciones que Cervantes hace en El Quijote de paisajes, pueblos y edificios, y la realidad de esos elementos a lo largo de la historia y en la actualidad. Es muy de destacar el estudio que Escudero hace de los complejos urbanos en los que se ubican los palacios y casonas de encomiendas (de Santiago) y los pósitos y casas de tercia, todos ellos con sus bodegas, sus tinajas, y sus elementos de dominio y de almacenaje de las riquezas que en tiempos antiguos existieron.
En un par de capítulos se analiza también la figura del Caballero del Verde Gabán como prototipo de miembro de la orden santiaguista, culto, lector, cazador y adinerado. Además se estudian las evoluciones de bodegas, tinajas, economía del vino, y en general todos los aspectos socio-económicos y culturales de Socuéllamos y su comarca en torno a lo largo de los siglos.


A.H.C.

Guadalajara para los niños

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Orea Sánchez, Jesús, de los textos, y Marco Alario, Nora, de las ilustraciones:“Guadalajara para niños”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2014. 180 páginas, todas ilustradas y a color. Tamaño 240 x 170 mm. Encuadernación en tapa dura. ISBN 978-84-15537-64-9. PVP: 18 €.

Tras la presentación a la Prensa el 10 de diciembre y su presentación al público en el Centro Cultural “San José” el 11 de diciembre, ha iniciado su andadura un libro al que podríamos calificar de mágico por seguir la tendencia de los apasionamientos, pero que sin duda llevará el calificativo de útil que es para lo que está hecho. Y esa utilidad se centra en dar a conocer la provincia, y su rico legado histórico, artístico, etnológico y natural a los más jóvenes miembros de la sociedad, para que con ese conocimiento lleguen a amarlo y defenderlo.

Aache edita “Guadalajara para niños”, una guía didáctica y turística para que los más pequeños conozcan la provincia. El libro, escrito por Jesús Orea e ilustrado por Nora Marco (Cuerdas) se distribuirá en colegios y bibliotecas de la provincia y se pondrá a la venta por 18 euros.

La obra es muy espectacular, con una encuadernación firme, y todas sus páginas en papel de alta calidad y a color, va mostrando al lector, que se supone kayormente infantil, los pueblos y los personajes de Guadalajara. Los textos son de Jesús Orea Sánchez, periodista y miembro del Servicio de Educación de la Institución Provincial, mientras que las ilustraciones que le dan carácter y atractivo al libro son obra de Nora Marco Alario, arquitecta y diseñadora 2D del cortometraje “Cuerdas” de Pedro Solís y responsable de la maquetación del cuento de este corto.

En el libro nos encontramos, tras unas palabras de presentación de la Presidenta Ana Guarinos, y de un breve “manual de uso” para sacarle el mayor provecho al libro, con diez capítulos que ofrecen la riqueza patrimonial de los nueve grandes municipios que antiguamente constituyeron los partidos judiciales guadalajareños (Atienza, Brihuega, Cifuentes, Cogolludo, Guadalajara, Molina de Aragón, Pastrana, Sacedón, y Sigüenza) iniciándose con el capítulo dedicado al Citug en el Castillo de Torija.

Los viajeros, que serán –o deberían ser- todos los niños de la provincia, acompañados de sus padres y con este libro en la mano, descubrirán historias y anécdotas, se plantarán ante enigmáticos personajes y subirán a miradores desde los que pueden divisarse montes, águilas, bosques y pueblos, siempre alentados por la magia de los secretos, los duendes, las leyendas y las alusiones a viejos guerreros. Se recomienda al inicio proveerse de un “cuaderno de campo” para ir dibujando, y apuntando, los temas que el libro va sugiriendo. Y al final hay una oferta de archivos y libros para los que quieran saber más sobre su tierra.

El autor de los textos, muy experimentado en las tareas docentes y divulgativas, conoce como pocos, y sabe expresarlo con limpia prosa, los intríngulis de esta provincia en la que casan damas tuertas con barbados conquistadores. O en la que planean buitres sobre las roquedas elevadas del Alto Tajo. Toda la obra se muestra atractiva y oferente de ideas, entre la clara palabra de Orea y la magistral visión diseñadora de Marco. El trabajo de maquetación de Aache y su probada calidad en ediciones por difíciles que parezcan, concluyen haciendo de este libro una maravillosa oferta para las nuevas generaciones. Cumplida y abierta gracias a la visión nítida de la Diputación Provincial, en esta tarea de divulgar siempre lo que de apasionante tiene Guadalajara. La idea inicial de este libro, todo hay que decirlo, partió de Marta Valdenebro, sin cuyo permanente entusiasmo no habría llegado nunca a concluirse.

Así pues “Guadalajara para niños” se ofrece como un libro con el que poder iniciar en el mundo de la lectura, del conocimiento y hasta de la investigación, a los más pequeños de nuestros vecinos. Está especialmente dirigidos a niños y niñas entre 6 y 12 años, pero cualquiera que lo tome en las manos, le pase las páginas y se detenga en sus textos e ilustraciones, va a quedar feliz y entusiasmado. Una obra genial que marca una época.

Santuarios alcarreños entre Guadalajara y Cuenca

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Hualde Pascual, Pilar: “Santuarios del Obispado de Cuenca y personas ilustres en santidad que en él ha habido”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2015. Colección Libros Digitales. 490 páginas, de ellas 100 con ilustraciones a todo color. Formato PDF grabado sobre CD e incluido en carpeta de plástico con carátulas. ISBN 978-84-92886-83-8. PVP: 9,90 €.

Una obra esperada, casi mítica, que en Cuenca especialmente y en la Alcarria toda se consideró siempre como fundamental para conocer, de primera mano, la historia de algunos pueblos y sus santuarios en las fronteras del Tajo, el Guadiela y el Cabriel… ese viejo manuscrito que todos sabíamos había escrito Baltasar Porreño, pero que nadie encontraba, por fin sale a la luz. Y con su mismo título de “Santuarios del Obispado de Cuenca y personas ilustres en santidad que en él ha habido”.

La obra que ahora comentamos nos introduce ampliamente en la vida y obra de uno de los escritores más prolíficos del Siglo de Oro, y también de los menos conocidos. Porque Baltasar Porreño nos dejó mucha obra que, en parte fue impresa, y en parte quedó inédita, en manuscrito, y de esta mucha se ha perdido. Sabemos que pasó su vida escribiendo, poniendo sobre el papel sus infinitos conocimientos, pero no llegó a ver impresa sino una mínima parte de esa ingente obra. Hoy, por suerte, vemos que se pone en manos de los lectores y curiosos del siglo XXI la buscadísima Relación de los Santuarios de Cuenca, que durante siglos anduvo perdida en añejos archivos.

El trabajo que nos ofrece en esta ocasión la especialista en filología, y profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, Pilar Hualde Pascual, es muy ambicioso, y el gran tamaño de esta obra, y su enorme carga gráfica, ha impuesto el destino final de la edición: esto es, se ha optado por sacarlo en formato digital, como PDF, grabado en disco incluido en carpeta de plástico, con carátula que le da portada y explica su contenido.

La Introducción o capítulo I de este libro está dedicado, con gran amplitud, al análisis biográfico y búsqueda bibliográfica de Baltasar Porreño. Nacido en Cuenca, en 1569, en el seno de una familia de intelectuales, estudiosos y artistas, se formó en la Universidad de Alcalá de Henares, y se ordenó de clérigo, actuando ya muy joven como Vicario General de la diócesis de Cuenca, y viviendo luego y optando por ser “cura de pueblo” en Huete, Sacedón y Córcoles, fundamentalmente. La mayor parte de su obra la escribió durante su estancia en Sacedón, que duró varios decenios.

La autora de este libro analiza los escritos de Porreño, dividiéndolos en libros impresos (los que se imprimieron en vida del autor y los que lo hicieron después de su muerte) y libros inéditos que quedaron como manuscritos (la parte más numerosa) localizados algunos de ellos, y considerados perdidos otra buena parte de los mismos. Relativos a la provincia de Guadalajara es curioso señalar que uno de sus manuscritos es el titulado “Vida y hechos hazañosos del Gran Cardenal de España, don Pedro González de Mendoza, Arzobispo de Toledo” y entre los perdidos figura el “Catálogo de los milagros de Nª Srª de los Llanos de Hontoba”. Fueron perdidos quizás lo más granado de su obra, como la “Historia de la Ciudad de Cuenca” y la “Historia de San Julián, obispo de Cuenca”, mientras que a caballo entre una y otra categoría (perdido y hallado el manuscrito) esta obra titulada “Santuarios del Obispado de Cuenca y personas ilustres en santidad que en él ha habido”, de la que hoy se sabe que tuvo dos partes, aunque la primera nadie la vió nunca, y esta segunda que se dio por perdida, luego la localizó el erudito alcarreño don Juan Catalina García López en la Biblioteca Real de Madrid, desapareciendo de allí y apareciendo, tras la Guerra Civil, en el Fondo Antiguo de la Biblioteca Universitaria de Salamanca, que es donde la ha hallado la autora de este libro que comentamos. A la Biblioteca Real llegó en época de Carlos IV, y tras la Guerra la reclamó y consiguió llevar a Salamanca el catedrático de esta Universidad Antonio Tovar, en 1954.

Esta edición de tan importante obra, se realiza a base de un estudio previo sobre la biografía del autor. Considera Pilar Hualde que Baltasar Porreño debería figurar entre los autores de primera línea del siglo XVI, porque escribe bien y proporciona abundante información. Analiza además su lenguaje y forma de escribir. Y a continuación dedica un capítulo a cada uno de los santuarios objeto del manuscrito, con estudio previo de la autora narrando historia, descripción actual, leyendas, anécdotas y gran carga gráfica, y poniendo a continuación el texto íntegro de Porreño dedicado a cada santuario, apareciendo en todos reproducida alguna página o fragmento de ese tema.

Los santuarios que aparecen estudiados en este gran libro, y que seguro han de interesar mucho a la gente que en Cuenca, Guadalajara y Valencia se apasionan por el viejo patrimonio de la tierra, son los siguientes:

Nuestra Señora de Tejeda, junto a Garaballa
Nuestra Señora del Puerto, en Salmerón
La Santa Cruz de Carboneras
Nuestra Señora del Socorro, en Valdeolivas
Nuestra Señora de los Remedios, en Cuenca
Nuestra Señora del Sagrario, en Garcinaharro
Nuestra Señora del Soterraño, en Requena

Nuestra Señora de Llanes, en San Pedro Palmiches.

Violencia política en la Guadalajara del siglo XX

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Berlinches Balbacid, Juan Carlos: “ViolenciaPolítica en la provincia de Guadalajara (1936-1939)”. Aache Ediciones. Colección “Letras Mayúsculas” nº 40. 80 páginas, ilustraciones, 10 Eturos.

En el capítulo de la historia contemporánea de Guadalajara, hay todavía muchas páginas sin escribir. Y una de ellas es la que corresponde a la administración de justicia en nuestra provincia, de la que apenas se ha escrito. Se ha analizado la evolución de los procesos electorales, de las tendencias sociales, de la enseñanza, del arte y la religión, de los alcaldes y las fiestas, pero de la Justicia y sus formas de actuar en los conflictos y en los problemas sociales, no se había hablado.
El nuevo libro de Juan Carlos Berlinches Balbacid viene a hacerlo, y además sobre un periodo muy concreto de la historia del siglo XX, del más dramático de toda la centuria, el del trienio en que se desarrolló la Guerra Civil, de 1936 a 1939. Momento de pasiones desatadas, de conflictos sociales llevados al máximo, de tensiones personales. En el que hubo justicia, llevada a extremos, y en el que cada una de las partes en conflicto desarrolló sus leyes y las aplicó sin clemencia.
Como estaba sin desarrollar esa visión de la historia social, Berlinches ha tratado, con brevedad y precisión, de centrar su investigación en la forma y los instrumentos con que la República Española se defendió de la rebelión militar que dio paso, en su permanencia y progresión, a la Guerra Civil que duró de julio del 36 a marzo del 39, dejando detrás una estela de un millón de muertos.
Simplemente con analizar el índice del libro que acaba de aparecer, editado por Aache e incluido como nº 40 en su colección “Letras Mayúsculas”, nos podemos hacer idea de lo que pretende el autor. Es breve y va al grano. En su primer capítulo nos da un boceto introductorio de la situación, y en el segundo propone las líneas genéricas de la conflictividad social que se propició, en nuestra provincia al menos, emanada desde los problemas agrarios, sumidos en la antigüedad de los señoríos medievales y el caciquismo permanente, y desde las incipientes perspectivas industriales, como la Fábrica de Motores de la Hispano-Suiza, la Pizarrita, los ferrocarriles y poco más, porque poco más constituía el tejido económico de esta tierra, ya entonces deprimida.
Ya el tercer capítulo es el que se constituye como eje del libro, y en él nos da el autor la visión del Alzamiento Militar comandado por Franco y sus generales desde Marruecos, viendo como es tres días después que los militares alcarreños, apoyado por civiles de derechas, se suman al mismo, y también en otros dos días más de combates poco menos que artesanales se concluye la aventura, dejando un reguero de muerte y sobre todo de resentimiento que va a dar lugar a una larguísima secuela de enconos.
Vienen estos originados por la represión que el gobierno de la República ejerce sobre todos aquellos que habían intervenido en el Alzamiento, o sobre los que habían estado siquiera fuera en palabra y opinión, a favor del mismo. Se estudian los tres elementos de justicia, en forma de Tribunales, con que el gobierno legal se dota, como reacción al golpe militar, y luego en el transcurso de lo que fue la Guerra, más larga y terrible de lo que todos imaginaron.
Estos tribunales, que son el Tribunal Especial Popular, el Especial de Guardia y el Especial de Rebelión Militar, van a ser los encargados de juzgar y aplicar las leyes emanadas, deprisa y corriendo, de un gobierno que debe defenderse de una agresión estructural. Aplicando esas leyes, los tribunales actuaron rápidamente y con contundencia, analizando caso por caso, dictando sentencias, de muerte en unos casos, de prisión y de consecuencias económicas y laborales.
Juan Carlos Berlinches nos ofrece, sacados de los archivos por él analizados y que al final del libro especifica, muchos datos, cantidades y anécdotas. Muchos nombres conocidos, muchas circunstancias sorprendentes, y un poso de amargura que siempre deja tras sí la ejecución de la justicia que se conmueve más por las voces que claman en la calle que por la serena simplicidad de lo escrito en los códigos. Tras analizar leyes, aplicaciones, ejemplos y casos, nos lleva a la visión de otros aspectos de la justicia republicana sobre quienes participaron en el Alzamiento: los funcionarios y sus procesos de depuración. Gente que trabajaba en el Ayuntamiento, en la Diputación, como profesores, delineantes, o simplemente limpiadoras, fueron sometidos a procesos y expulsados. Muchos de ellos, debieron pasar por los mismos procesos al acabar el conflicto, ante el nuevo Régimen. Y demostrar siempre su trayectoria de personas corrientes y molientes que simplemente se vieron sumidas en la vorágine de un río desbordado que todo lo devoraba.

Con unos apéndices gráficos y la bibliografía y relación de archivos utilizados, Berlinches Balbacid da fin a este librito que se lee en dos sentadas y nos da un aspecto, nítido y sucinto, de un momento de la historia de Guadalajara contemporánea: la de la Violencia Política en el más dramático impasse del siglo XX. La de la Guerra Civil.

La "Historia de Guadalajara" que escribió Layna

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Con motivo de celebrarse el Centenario del nacimiento (en Luzón, Guadalajara) de Francisco Layna Serrano, la editorial Aache inició en 1993 una serie de actuaciones para alcanzar a reeditar las “Obras Completas” de este autor, que fue cronista provincial, y gran estudioso de la historia y el patrimonio de esta provincia. La primera de las obras que se reeditaron, una por año, desde 1993 a 1996, fue la monumental“Historia de Guadalajara y sus Mendozas en los siglos XV y XVI” y que en cuatro tomos supone un total de 2.000 páginas en gran formato, profusamente ilustrada, y con toda la información que el lector interesado puede requerir, por lo que respecta a esta ciudad, desde la Edad Media más remota hasta los días de la Guerra Civil de 1936-1939, que fue cuando la escribió Layna.
Los cuatro tomos fueron tratados con rigor por parte de la editorial, en el sentido de que no se puso ni se quitó ni una coma sobre el texto original. Se conservaron la mayor parte de las ilustraciones originales de la primera edición, que fue realizada en 1942 por el Instituto Jerónimo Zurita del CSIC, y se añadieron muchas otras nuevas, con fotografías antiguas, otras en color, muchos planos, muchos croquis, y manteniendo la reproducción de Apéndices documentales, más un gran índice doble, topográfico y onomástico, en el último de los tomos.
A estos cuatro tomos le pusieron prólogo respectivamente José María Bris Gallego, José Serrano Belinchón, Antonio Herrera Casado, y José Antonio Suárez de Puga. En ocasión de su salida se hicieron actos de presentación, de divulgación, y de exaltación de la figura de Layna Serrano. Las ventas fueron excelentes, y por parte del Excmº Ayuntamiento de Guadalajara, que sufragó en parte la edición, se regalaron muchos libros, dorando con los ejemplares de esta Historia a todas las bibliotecas de la provincia.

El primero de los tomos se agotó unos años después, y es por ello que la editorial decidió, para mantener la obra reeditada completa, hacer una reedición en formato de PDF grabado sobre CD e inserto en una carpeta plástica con carátulas, de tal modo que aun en forma digital, el lector de hoy puede acceder de forma cómoda a la obra completa, tanto en el formato CD para el Tomo I, como en formato papel (encuadernación en tela, tamaño de gran folio) para el resto de la obra, los tomos I, II y III. Han sido muchos ya, miles, los lectores que se han introducido en el saber histórico de Guadalajara, pasando buenos momentos con su lectura, y obteniendo datos documentales que le san permitido abordar otros estudios sobre la ciudad y sus personajes.

Poemario de Trillo

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Batanero Gil, Juan Jesús: “Latidos de corazón trillano”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2014. 144 páginas. Con el patrocinio del Ayuntamiento de Trillo. ISBN 978-84-15537-61-8

Después de 40 años de trabajo diario en el ámbito de la Enseñanza, Juan Jesús Batanerollegó a la jubilación en el año 2000 y se dispuso a plasmar en forma de poemas sus experiencias y sensaciones, sus observaciones del entorno, sus recuerdos y querencias. Con esa intención, y durante unos cuantos años, ha estado preparando un poemario meticuloso y sentido, un abundante conjunto de poesías que finalmente reúne en un tomo impreso y nos las entrega a todos sus amigos, con la esperanza de que las leamos y las saboreemos.
Así lo hemos hecho, y estamos felices de haber iniciado esa tarea que ha concluido con alegría y admiración. Porque lo que Juan Jesús Batanero ha escrito en estos años de su plena madurez ha resultado ser, tanto en la forma como en el fondo, una deliciosa jornada de disfrute literario.
En cuatro partes divide sus “Latidos de corazón trillano”, unas más directamente relacionadas con Trillo, su villa natal, que otras. Pero en todas late ese amor por la tierra que al hombre ennoblece y a quienes leen y admiran sus escritos les hacen sentir nostalgia por la suya y añadir ganas de visitar el lugar del que surgen. El primero de los apartados está dedicado a los versos de tema local. Y en ellos resplandece Trillo, sus paisajes, sus calles, sus fiestas y sus recuerdos con la efectividad de lo que se lleva muy dentro del corazón.
El segundo aspecto se centra en los poemas de tema familiar. Y así hay dedicadas glosas a la esposa, a los hijos, a los amigos, y al recuerdo de cuantos admiró el autor, como el trillano de pro que fue Agapito Pérez Bodega, a quien dedica un extraordinario poema.
El tercero, nos ofrece un abanico de temas religiosos, mostrando la Fe acendrada del autor, su catolicismo fiel y su confianza en la Eternidad, a la que sabe que llegará sin falta.
El cuarto de los apartados lo dedica Batanero a temas sociales, siendo el más amplio y variado de todos, apurando su sensibilidad por aspectos de la vida actual, de la educación, de las relaciones sociales, y en definitiva de la experiencia vital, que en este autor es dilatada y muy inteligentemente administrada.
Un libro de poemas que se agradece leer, porque siempre se aprende algo. Decía Unamuno que los libros que más le gustaban eran aquellos con los que no estaba de acuerdo, porque le hacían pensar, polemizar, replantearse cosas sabidas. En este caso, el libro de Batanero Gil no es que suponga un enfrentamiento con la realidad, pero sí que nos dice de las mil aristas que esta tiene, y en todo caso, y como las parrafadas que nos dicta van envueltas en el llamativo papel de la poesía, quedamos contentos de haberlo leído, y aplaudimos a cuantos lo han hecho posible: a Juan Jesús Batanero Gil por escribirlo, al alcalde de Trillo, Francisco Moreno, por autorizarlo, a Maite Blanco, concejala de Cultura, por apoyarlo decididamente, y a Daniel Martínez Batanero por prologarlo. Todos los demás, lectores rasos, quedamos admirados del saber y la galanura del autor, y agradecidos también porque nos haya brindado esta experiencia, la de leer corazones que miran y se fijan…


A.H.C.
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Noticia de la presentación (por Javier Bravo)


El viejo maestro, Juan Jesús Batanero, presenta los versos de sus “Latidos de corazón trillano” 

En un emotivo acto, que llenó la Casa de la Cultura, en el que el autor estuvo acompañado en la mesa de ponentes por el alcalde de Trillo, Francisco Moreno, el director de Telecomunicaciones de la Junta de Comunidades, Daniel Martínez Batanero, y el cronista oficial de la provincia de Guadalajara y editor del libro, Antonio Herrera Casado.

Trillo. 27 de diciembre de 2014. En la tarde de ayer se presentó en la Casa de la Cultura “Latidos de Corazón trillano”, un libro de poesías obra del maestro jubilado, “que viene de júbilo”, puntualizaba ayer con su habitual sentido del humor, Juan Jesús Batanero. El acto llenó los asientos del salón de actos y emocionó a los presentes, precisamente en una época del año en la que la alegría de la navidad se pasea de casa en casa, sin dejarse una sola, en la villa de Trillo.

“Aunque nunca estuve desvinculado de Trillo, anhelaba el momento de mi retiro para radicarme permanentemente en el pueblo donde nací. Así fue, y aquí estoy desde el año 2000, entregado a quehaceres saludables que implican el permanecer activo, tanto física como espiritualmente”, dijo el autor en la presentación. Fruto de esta última inquietud es este “Latidos de corazón trillano” que su autor ha estructurado en cuatro apartados por contenidos: el primero referido a temas locales, el segundo a temas familiares, el tercero a religiosos y el cuarto a temas generales, de carácter social. En el texto están plasmados, con verbo fácil y jugoso, la belleza natural de Trillo, vivencias de la niñez y juventud de su autor, recuerdos de una sociedad distinta, estampas familiares, retazos de sentimientos nunca olvidados o nobles deseos, explicaba ayer su autor.

Las cuatro intervenciones que hubo en la presentación fueron casi tan sentidas como las rimas consonantes de los “Latidos”. Fue el alcalde de Trillo, Francisco Moreno, el encargado de moderar el acto. Moreno resumió en su turno algunas de las palabras que él mismo escribe en la presentación del libro: “Cuando a un trillano le sale la vena poética, y estampa su firma en ella, es cosa seria. Con métrica y rima precisas, Juan Jesús ha hilvanado sus recuerdos de niño, dejándolos caer del Cifuentes al Tajo, y los ha trenzado con su forma de ver la vida, para, una vez más, enseñarnos”.  El regidor recomendó a los presentes la lectura de unos versos “que destilan cariño por su tierra y por su gente”. 




Antonio Herrera Casado, cronista provincial y editor del libro, se centró, como le correspondía, a la parte histórica y literaria del libro, pero no olvidó la sentimental.  “Me consta, también por ser trillano consorte, que los vecinos de este pueblo son los mejores embajadores de su tierra”.  Sobre el estilo, Herrera afirmó que los versos de Batanero están llenos “de rebuscadas palabras hermosas, con las que el autor se siente como una parte más de la raíz que Trillo tiene hincada en la tierra” y valoró la dedicación del poeta que lleva mucho tiempo “destilando lo mejor de su pueblo, para sacar de su trabajo el zumo dulce que es este libro, con un  lenguaje que transmite la fuerza de sus vivencias”. 

En cuanto a las pinceladas de la historia de Trillo que Batanero ha versado en algunos poemas, Herrera alabó la “forma elegante en la que el autor glosa el pasado de su pueblo”. Así dicen los primeros versos de la rima titulada precisamente “Pinceladas de la historia de Trillo”: “De Trillo, cuenta la historia / que nació en una colina. / La que llaman Villavieja, / Que a todo el valle domina. “Bursada” la llama Plinio, / Y Ptolomeo “Thermida”, / Supuestos nombres de antaño / De esta población perdida. / Aún se aprecia alguna ruina / Adonde estuvo el poblado. / Algunos restos de teja, / y el cimiento descarnado”.

El poeta recuerda también la vinculación de la localidad con  el infante Don Juan Manuel en el siglo XIV. Entonces se construyó un castillo, al que Batanero le dedica también unos versos: “En mi pueblo hubo un castillo / En la España medieval. / Por si las veían mal, salvar pellejo y hatillo. / (…) Por el infante Juan Manuel / Fue en este año construido. / Mil trescientos veintidós, / siendo después derruido. (…) / En mala hora sucumbió / el castillo y su palacio, / Suerte que el puente quedó, / cual majestuoso topacio. / ¡Pero en Trillo hubo castillo!, “termina la poesía su autor como diciendo que conste en acta”, valoraba el cronista.

Maravillosos son también los versos que Juan Jesús Batanero dedica al callejero trillano. “Seguro que van a ser de los más recordados del libro”, añadía Herrera. Dicen así: “La parte antigua del pueblo, / Que da a la balconada del Tajo, / la recorren tres callejas: la de Arriba, la de Enmedio / Y la Mayor, la de abajo (…) / Tres altas calles, serranas, / con trayectorias muy traviesas, / todas ellas bien solanas, / Son: la calle Cantarranas, María Espá y Las Salesas”. El cronista provincial terminó su intervención agradeciéndole al autor su elección como editor.

También estuvo presente en el acto el director de Telecomunicaciones de la Junta, Daniel Martínez Batanero, trillano, amigo personal del autor y prologuista del libro. Martínez Batanero se refirió a la condición de maestro del autor. “Juan Jesús pertenece a una saga de profesores, hijos de la postguerra trillana, muchos de ellos portadores -como él- del apellido Batanero, cuyas vivencias y valores les hicieron concebir la enseñanza de una manera  integral e inseparable de sus vidas. Vidas que dedicaron, mientras ejercieron y después, incluso ya jubilados, a educar personas con principios y valores, y a prepararlas para ser esforzados profesionales y miembros impecables de su familia y de su comunidad. Mucho más allá de la educación reglada, estos maestros vocacionales lo eran las 24 horas del día, y enseñaban la manera correcta de comportarse a los niños en casi todas las situaciones de nuestros entornos rurales: en el aula, por supuesto, pero también en el recreo, en la calle, en la tienda, en la excursión, en las fiestas o en la romería. Esta manera trascendente y didáctica de entender la vida del maestro, inevitablemente condiciona el sentir de las poesías de Juan Jesús; sus versos manan del alma de una manera limpia, genuina, entrañable y profunda y van desgranando a su paso una mezcla de emoción, sabiduría, experiencia y pasión”,  afirmó Martínez Batanero.


La presentación la cerraron dos intervenciones espontáneas, las de su nieta, Patricia López Batanero, que le dedicó unas palabras “a su abuelo preferido” para agradecerle “todo lo que nos enseñas y hablas de tu infancia”, y la de su compañero del alma, el también profesor Fernando Montón: “tu libro me servirá para alimentar el espíritu, porque yo opino que así como el cuerpo necesita alimento para subsistir, también lo necesita el alma.  Tus versos serán el mejor para el mío, porque relatan vidas conocidas, recuerdos de niñez, vivencias del pueblo que te vio nacer, tu Trillo del alma, al que adoras”.

Antología poética de Vaquerizo

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Vaquerizo Moreno, Francisco: “De mis pasos en la tierra. Poemario”. Aache Ediciones, 2014. 268 págs. ISBN 978-84-15537-66-3.

Una nueva entrega, en este caso poética, del acervo literario de un autor provincial que lleva ya contabilizados más de 30 títulos en su haber. Tras varios tomos de relatos, novelas y teatro, ahora nos alcanza con su gran antología, una especie de recuperación de toda su obra poética no publicada todavía, de esa que andaba desperdigada, solamente recitada, guardada en las estanterías –a veces arcanas- del ordenador… y Francisco Vaquerizo se ha arremangado, una vez más, y ha dado de sí cuanto puede, que es mucho, y nos ofrece este grandioso poemario, en el que sin duda vemos cómo da la talla de escritor de primera.
El libro, pulcramente editado por Aache, sobre papel ahuesado, se distribuye en seis grandes capítulos que ofrecen poemas relacionados entre sí. La primera de las aportaciones son los “PoemasReligiosos” en los que Vaquerizo se muestra devoto absoluto de la Virgen, en las diversas advocaciones provinciales, y de algún que otro Cristo, pasando con su jugoso escribir sobre escenarios sacros y acontecimientos píos. El segundo capítulo lo titula “Versos del Quijote” y son reflexiones sobre personajes, anécdotas y capítulos de la primera novela del mundo. Le siguen los poemas que se acogen bajo el título de “Memoria de Italia” en los que Vaquerizo evoca sus viajes por la península latina, y en los que afluyen a los ojos y a la memoria del lector los lugares más emblemáticos de la cultura itálica.
Más adelante, y bajo el epígrafe de “Versos de los caminos”el autor se explaya en la memoria de su patria más cierta, la infancia, que recorre a través de los caminos de su pueblo, de su comarca, de la vida toda que ha recorrido, diciéndonos que en ellos está la vida y a su búsqueda hay que ir por ello.
En “Versos de homenaje” el autor nos muestra sus dotes versificadoras con homenajes escritos a los amigos, las figuras que admira, compañeros de viaje y personas a las que le une amistad y devoción. Entre ellos, el que denomina “Soneto Quevedesco” (está en la página 215, tras otro tríptico de Sonetos en homenaje a Quevedo) y que para muchos lectores, estoy seguro, contará como lo mejor del libro. Un gran capítulo cuajado de hallazgos y reflexiones. Que viene a ser el eje y corazón de la última parte del libro, lo que Vaquerizo denomina “Versos de fantasía” y que no es sino un cajón de sastre en el que incluye reflexiones sobre la vida y la muerte, sobre la tristeza y la alegría, sobre el amor y el desengaño, mostrándose firme en su voluntad humana a través del ejercicio del humanismo poético. Homenaje a su propia vida en el que se incluyen algunos sonetos perfectos, sonoros y con fuerza. Todo un libro de potencia creadora, de alta sonoridad y de afirmación sincera de que el autor sabe lo que es la vida, y sabe cómo expresarlo.


A.H.C.

Imágenes parlantes del románico en Guadalajara

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Herrera Casado, Antonio: “Iconografía románicaen Guadalajara”. Aache Ediciones. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 89. Guadalajara, 2014. 160 páginas, ilustraciones.

Si la provincia de Guadalajara se destaca por la cantidad y calidad de sus edificios y muestras de estilo románico, el sentido de muchas de las decoraciones que dan vida y volumen a estos edificios hace que el interés del viajero se acreciente. Ya existen diversos estudios, en forma de libros, que tocan este tema, desde el clásico inicial de Layna Serrano (“La arquitectura románica de la provincia de Guadalajara”, 1ª edición de 1935 y Aache , 2001) hasta los más recientes de Herrera Casado y Nieto Taberné, pero ninguno hasta ahora se había detenido, de forma monográfica, en el estudio de las manifestaciones iconográficas de sus monumentos, en el análisis pormenorizado de portadas, capiteles, galerías y pinturas que adornan esos edificios de estilo románico, en los que parece que hasta ahora solo tenían interés sus formas arquitectónicas.
En esta obra, como bien indica el escueto título, el experto en arte medieval, Antonio Herrera Casado, se enfrenta al análisis iconográfico de una docena larga de elementos del románico alcarreño. La mayoría de ellos, ya los había publicado en otros medios escritos, fundamentalmente revistas especializadas de arte (Traza y Baza, Arte Español, Wad-al-Hayara), y en publicaciones periódicas de escueta vida, por lo que ha querido reunir todos esos estudios previos, realizados a lo largo de los últimos 40 años, en una publicación que los agrupe y conceda una visión homogénea aún siendo variados sus motivos. En el análisis de estos elementos, que más adelante se enuncian, Herrera Casado se vale del método iconográfico/iconológico de Erwin Panofski consistente en analizar las obras de arte en tres etapas sucesivas, como son la inicial formal, describiendo estructura y forma, seguida del significado iconográfico, en el que se descubren y analizan las representaciones, figuras y escenas que lo componen, para acabar dando la definitiva definición iconológica del edificio o elemento artístico, encuadrándolo en su sentido último, como elemento de comunicación, de formación y de aviso: el arte, en definitiva, concebido como información hacia quien lo admira.
En este libro de Herrera, se muestran algunas portadas y galerías importantes del estilo románico alcarreño. El primer análisis se centra en el mensario románico de la iglesia de Beleña de Sorbe, y en él se nos va dando la descripción de sus figuras y la valoración de su posición, orden y expresión, poniendo este conjunto escultórico en situación de ser comprendido en su aspecto formal, iconográfico y simbólico. Ni que decir tiene que tanto este primer capítulo, como todos los que le siguen, está profusamente ilustrado con fotografías, dibujos, esquemas y aportaciones gráficas que nos le dan “masticado” así como el complemento de unas referencias bibliográficas que consolidan su apoyo científico.
El segundo capítulo está dedicado al estudio de la portada románica de Santiago, en la fachada occidental de la iglesia parroquial de Cifuentes, en la que se descubre una impresionante Psicomaquia, o lucha de las fuerzas del Bien y el Mal, en un contexto de miedos y esperanzas matizados por el peregrinaje a Santiago, el señorío temporal y espiritual de figuras históricas, y mil detalles del bestiario occidental, cuajado en formas de animales, personas, plantas y situaciones. Le sigue el análisis de la portada meridional de la iglesia de Santa María del Rey, de Atienza,  con el estudio teológico de su disposición abigarrada en la que intervienen un centenar de figuras demoniacas y angélicas. En esa misma villa, eje del arte y la historia del Medievo, en Atienza, aparecen otros dos monumentos que Herrera Casado analiza con esta visión iconográfica, como son la iglesia de Santa María del Val, especialmente en su portada cuajada de saltimbanquis, y el templo de San Gil, con unas interesantes y elocuentes figuras talladas en el interior de su ábside.
El libro, que es ágil porque sus capítulos, 15 en total, son breves y el texto y los gráficos van siempre “al grano”, nos muestra otros elementos del románico de Guadalajara, entre los que destacan las ventanas del ábside de Santa Coloma en Albendiego, de las que se expresa su sentido mistérico, mezcla de sufismo y templarismo, o el mensario de Campisábalos, con una nueva secuencia de meses que se mezclan con escenas populares y caballerescas, a las que siguen los análisis de las figuras que pueblan las galerías románicas de Sauca y Pinilla de Jadraque, alcanzando finalmente, a través de elementos mínimos y puntuales, todos los elementos expresivos de la simbología cristiana románica, y que vemos en temas tan concretos como la trompa de la catedral de Sigüenza, la pila bautismal de Esplegares, los capiteles del arco toral de Santa Catalina de Hinojosa, la portada de Labros, los accesos al templo de Cereceda, o la viga de Valdeavellano en la que sorprenden sus pinturas románicas capitalizadas por un enorme monstruo apocalíptico.

El libro de Antonio Herrera viene a complementar la trayectoria de este autor en el campo del estudio e interpretación del arte románico, alcanzando en sus páginas (y gracias especialmente a la claridad de conceptos y a la elegante y sobria exposición de problemas y soluciones) una bien fraguada veteranía, tanto de conceptos como de maneras expositivas. Se lee de un tirón, ilustra y nos da iluminados una serie de elementos artísticos que nos van a servir para entender mejor la expresión artística de esta tierra y de sus gentes,  a lo largo de los siglos del Medievo en los que se fraguan tantas cosas y conceptos que aún nos atañen. Un libro, esta “Iconografía románica en Guadalajara” que como todo lo de su autor pasa a convertirse en un clásico apenas escrito y publicado.

El Quijote entre todos

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En este año celebramos el IV Centenario de la edición de la segunda parte de “Don Quijote de la Mancha”. Si la primera creó y dio vida al personaje, en la segunda cobró la fuerza y la dimensión de una figura universal.
Sobre la obra de Cervantes se han realizado múltiples experimentos. El primero fue el de un tal Avellaneda, que viendo la popularidad del personaje desde su primera salida, optó por sacar a luz una segunda parte que forzó la respuesta del auténtico autor, Miguel de Cervantes, escribiendo esa segunda parte de la que ahora conmemoramos los cuatrocientos años de su aparición.
Otras muchas aventuras se han montado sobre la obra del genial manchego, Alonso Quijano “el Bueno”: desde la letanía que le escribiera Rubén Darío, a los ensayos de Unamuno; o desde la visión que en su torno realiza nuestro paisano Ramón de Garciasol a los experimentos de Trapiello sobre el destino de todos los personajes de la novela tras la muerte de don Quijote.
Y en punto a ediciones, estas han sido innumerables, traducidas a docenas de idiomas, en ediciones grandes, pequeñas, enormes, a mano, en dibujos, etc…
Aache ediciones, de Guadalajara y La Casa de la Torre, de El Toboso, en 1999 primeramente, y ahora en 2015 de nuevo, se embarcó en una edición muy especial, que consiste en un homenaje al Quijote hecho desde la región de Castilla-La Mancha. Una obra en dos tomos, que lleva por título “El Quijote entre todos”, y que nos ofrece la inmortal obra pero no en su versión original, sino con cada uno de sus capítulos comentado e ilustrado por escritores y artistas castellano-manchegos.

En qué consiste esta obra

«El Quijote entre todos», es una edición formada por dos libros, en el primero de los cuales aparecen los 52 capítulos de la primera y más conocida parte de la obra cervantina, pero comentados todos y cada uno por otros tantos escritores y «famosos» castellano-manchegos. Añadida a cada capítulo se muestra una ilustración original, realizada ex-profeso para esta obra por otros 52 artistas de nuestra región.  En el segundo tomo, más de lo mismo: los 74 capítulos comentados uno a uno e ilustrados de similar manera.
¿Los nombres? Escritores de talla e ilustrados con experiencia: José Antonio Suárez de Puga, Julie Sopetrán, María Antonia Velasco, Francisco García Marquina, Andrés Berlanga, Alfredo Villaverde, Antonio Herrera, Lorenzo Díaz, José Luis Pécker y Pedro Aguilar, y artistas del prestigio de Antonio Mingote, José Luis Cabañas, Oscar Pinar, Víctor de la Vega, Raúl Santos, Rafael Pedrós, Amador Alvarez Calzón, César Gil Senovilla, Antonio Burgos, Sopetrán Domènech, Luis Gamo, Jesús Campoamor, y el fotógrafo Santiago Bernal, más una larga lista de las primeras figuras del arte actual en Castilla-La Mancha. Todo un espectáculo de arte y literatura alcarreña en torno al Quijote, que desde ahora se irá haciendo, él mismo, un poquito más alcarreño, aunque nunca pueda llegar a denominarse, como muchos quisiéramos, don Quijote de la Alcarria. Don Alonso Quijano el Bueno es, no le quepa duda a nadie, del ancho mundo entero.
La obra, que vuelve a la vida, es una verdadera joya para los coleccionistas de quijotes, que hay tantos, y una nueva referencia de Guadalajara en el palmarés multisecular y universal de esta obra.

Pregunta Final


Tras repasar los libros que ofrecen el Quijote comentado e ilustrado, nos podemos hacer una final pregunta: “¿A quién interesa hoy El Quijote y sus andanzas manchegas?” y se nos ocurre lanzar una respuesta: “A millones de personas en todo el mundo. Después de la Biblia, El Quijote ha sido el libro traducido a más idiomas”.
 De lo que ha resultado una idea genial: Reunir a un centenar largo de escritores y artistas de Castilla-La Mancha, la región de donde salió Don Quijote hacia el mundo, para que comenten y dibujen las andanzas del personaje. 
Una edición única, singular, emocionante.

A la espera de Machado

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“Con Machado, esperando a Prometeo” comprende tres géneros literarios, dramático, narrativo y lírico. Es una nueva aportación de Juan Pablo Mañueco que aborda desde una perspectiva estrictamente literaria las relaciones de los poetas con la sociedad, con la política y con el sustrato cultural de la sociedad. Básicamente se trata de una función teatral unitaria que sucede en el pequeño cementerio de Collioure (Francia), donde está enterrado Antonio Machado.
Se compone de un debate dramático entre dos poetas separados por veinte años de edad, Antonio Machado y Gerardo Diego, pero enlazados por una misma temática paisajística y humana, Castilla, y alejados por estéticas diferentes. Y por una guerra. En el debate intervienen también Claudio Sánchez-Albornoz, Dionisio Ridruejo, Miguel de Cervantes y Francisco de Quevedo. Aparecen, además, muchos otros personajes, ficticios y reales, de ayer y de hoy mismo. De Guadalajara algunos...
De otra parte, existe un hilo argumental complementario en el que dos personajes, Gerardo –sin apellido, en este caso- y el Intruso esperan la llegada de un tercer personaje, llamado Prometeo, cuya venida es anunciada repetidamente.

Finalmente, el libro contiene también cuatro breves entremeses enlazados con la obra mayor, una parte novelada también integrada con la trama teatral y numerosos poemas que acompañan y complementan el sentido de la obra de teatro. Como ya es habitual de este creador alcarreño, Juan Pablo Mañueco expone su gran cultura, su extraordinaria prosa y su capacidad de poetizar cualquier tema, abriendo caminos nuevos a la interpretación de obras ajenas, de mensajes antiguos, y vigorizarlos con la belleza de la  palabra y la situación.
En este "Con Machado, esperando a Prometeo" cumple Mañueco plenamente con las primeras frases que nos ofrece en su libro: Con Machado, esperando a Prometeo / indagando el futuro castellano / pensando en cual es el destino humano / casando en una razón con deseo. Cientos de sorpresas le esperan al lector, como por ejemplo "El Padrenuestro del Rey Felipe VI" que es todo un manifiesto de casta política (casta adjetivo, se entiende) apareciendo el decálogo del votante en blanco, el de la Democracia real (que no Real) y, en fin, un verdadero festival de ideas surgentes, de poemas rotundos, de escenas multitudinarias.... no sé por qué, pero al terminar de leer este libro se me imagina transformado en musical a los Broadway... porque si diera con un buen músico, las letras de Mañueco darían para eso y mucho más.
Un libro, en fin, esta espera atenta de Machado, de Prometeo y de los definidores de una sociedad nueva, altamente recomendable, porque tiene muchas venas que van cargadas de sangre de la buena.
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