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Santuarios alcarreños entre Guadalajara y Cuenca

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Hualde Pascual, Pilar: “Santuarios del Obispado de Cuenca y personas ilustres en santidad que en él ha habido”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2015. Colección Libros Digitales. 490 páginas, de ellas 100 con ilustraciones a todo color. Formato PDF grabado sobre CD e incluido en carpeta de plástico con carátulas. ISBN 978-84-92886-83-8. PVP: 9,90 €.

Una obra esperada, casi mítica, que en Cuenca especialmente y en la Alcarria toda se consideró siempre como fundamental para conocer, de primera mano, la historia de algunos pueblos y sus santuarios en las fronteras del Tajo, el Guadiela y el Cabriel… ese viejo manuscrito que todos sabíamos había escrito Baltasar Porreño, pero que nadie encontraba, por fin sale a la luz. Y con su mismo título de “Santuarios del Obispado de Cuenca y personas ilustres en santidad que en él ha habido”.

La obra que ahora comentamos nos introduce ampliamente en la vida y obra de uno de los escritores más prolíficos del Siglo de Oro, y también de los menos conocidos. Porque Baltasar Porreño nos dejó mucha obra que, en parte fue impresa, y en parte quedó inédita, en manuscrito, y de esta mucha se ha perdido. Sabemos que pasó su vida escribiendo, poniendo sobre el papel sus infinitos conocimientos, pero no llegó a ver impresa sino una mínima parte de esa ingente obra. Hoy, por suerte, vemos que se pone en manos de los lectores y curiosos del siglo XXI la buscadísima Relación de los Santuarios de Cuenca, que durante siglos anduvo perdida en añejos archivos.

El trabajo que nos ofrece en esta ocasión la especialista en filología, y profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, Pilar Hualde Pascual, es muy ambicioso, y el gran tamaño de esta obra, y su enorme carga gráfica, ha impuesto el destino final de la edición: esto es, se ha optado por sacarlo en formato digital, como PDF, grabado en disco incluido en carpeta de plástico, con carátula que le da portada y explica su contenido.

La Introducción o capítulo I de este libro está dedicado, con gran amplitud, al análisis biográfico y búsqueda bibliográfica de Baltasar Porreño. Nacido en Cuenca, en 1569, en el seno de una familia de intelectuales, estudiosos y artistas, se formó en la Universidad de Alcalá de Henares, y se ordenó de clérigo, actuando ya muy joven como Vicario General de la diócesis de Cuenca, y viviendo luego y optando por ser “cura de pueblo” en Huete, Sacedón y Córcoles, fundamentalmente. La mayor parte de su obra la escribió durante su estancia en Sacedón, que duró varios decenios.

La autora de este libro analiza los escritos de Porreño, dividiéndolos en libros impresos (los que se imprimieron en vida del autor y los que lo hicieron después de su muerte) y libros inéditos que quedaron como manuscritos (la parte más numerosa) localizados algunos de ellos, y considerados perdidos otra buena parte de los mismos. Relativos a la provincia de Guadalajara es curioso señalar que uno de sus manuscritos es el titulado “Vida y hechos hazañosos del Gran Cardenal de España, don Pedro González de Mendoza, Arzobispo de Toledo” y entre los perdidos figura el “Catálogo de los milagros de Nª Srª de los Llanos de Hontoba”. Fueron perdidos quizás lo más granado de su obra, como la “Historia de la Ciudad de Cuenca” y la “Historia de San Julián, obispo de Cuenca”, mientras que a caballo entre una y otra categoría (perdido y hallado el manuscrito) esta obra titulada “Santuarios del Obispado de Cuenca y personas ilustres en santidad que en él ha habido”, de la que hoy se sabe que tuvo dos partes, aunque la primera nadie la vió nunca, y esta segunda que se dio por perdida, luego la localizó el erudito alcarreño don Juan Catalina García López en la Biblioteca Real de Madrid, desapareciendo de allí y apareciendo, tras la Guerra Civil, en el Fondo Antiguo de la Biblioteca Universitaria de Salamanca, que es donde la ha hallado la autora de este libro que comentamos. A la Biblioteca Real llegó en época de Carlos IV, y tras la Guerra la reclamó y consiguió llevar a Salamanca el catedrático de esta Universidad Antonio Tovar, en 1954.

Esta edición de tan importante obra, se realiza a base de un estudio previo sobre la biografía del autor. Considera Pilar Hualde que Baltasar Porreño debería figurar entre los autores de primera línea del siglo XVI, porque escribe bien y proporciona abundante información. Analiza además su lenguaje y forma de escribir. Y a continuación dedica un capítulo a cada uno de los santuarios objeto del manuscrito, con estudio previo de la autora narrando historia, descripción actual, leyendas, anécdotas y gran carga gráfica, y poniendo a continuación el texto íntegro de Porreño dedicado a cada santuario, apareciendo en todos reproducida alguna página o fragmento de ese tema.

Los santuarios que aparecen estudiados en este gran libro, y que seguro han de interesar mucho a la gente que en Cuenca, Guadalajara y Valencia se apasionan por el viejo patrimonio de la tierra, son los siguientes:

Nuestra Señora de Tejeda, junto a Garaballa
Nuestra Señora del Puerto, en Salmerón
La Santa Cruz de Carboneras
Nuestra Señora del Socorro, en Valdeolivas
Nuestra Señora de los Remedios, en Cuenca
Nuestra Señora del Sagrario, en Garcinaharro
Nuestra Señora del Soterraño, en Requena

Nuestra Señora de Llanes, en San Pedro Palmiches.

La "Historia de Guadalajara" que escribió Layna

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Con motivo de celebrarse el Centenario del nacimiento (en Luzón, Guadalajara) de Francisco Layna Serrano, la editorial Aache inició en 1993 una serie de actuaciones para alcanzar a reeditar las “Obras Completas” de este autor, que fue cronista provincial, y gran estudioso de la historia y el patrimonio de esta provincia. La primera de las obras que se reeditaron, una por año, desde 1993 a 1996, fue la monumental“Historia de Guadalajara y sus Mendozas en los siglos XV y XVI” y que en cuatro tomos supone un total de 2.000 páginas en gran formato, profusamente ilustrada, y con toda la información que el lector interesado puede requerir, por lo que respecta a esta ciudad, desde la Edad Media más remota hasta los días de la Guerra Civil de 1936-1939, que fue cuando la escribió Layna.
Los cuatro tomos fueron tratados con rigor por parte de la editorial, en el sentido de que no se puso ni se quitó ni una coma sobre el texto original. Se conservaron la mayor parte de las ilustraciones originales de la primera edición, que fue realizada en 1942 por el Instituto Jerónimo Zurita del CSIC, y se añadieron muchas otras nuevas, con fotografías antiguas, otras en color, muchos planos, muchos croquis, y manteniendo la reproducción de Apéndices documentales, más un gran índice doble, topográfico y onomástico, en el último de los tomos.
A estos cuatro tomos le pusieron prólogo respectivamente José María Bris Gallego, José Serrano Belinchón, Antonio Herrera Casado, y José Antonio Suárez de Puga. En ocasión de su salida se hicieron actos de presentación, de divulgación, y de exaltación de la figura de Layna Serrano. Las ventas fueron excelentes, y por parte del Excmº Ayuntamiento de Guadalajara, que sufragó en parte la edición, se regalaron muchos libros, dorando con los ejemplares de esta Historia a todas las bibliotecas de la provincia.

El primero de los tomos se agotó unos años después, y es por ello que la editorial decidió, para mantener la obra reeditada completa, hacer una reedición en formato de PDF grabado sobre CD e inserto en una carpeta plástica con carátulas, de tal modo que aun en forma digital, el lector de hoy puede acceder de forma cómoda a la obra completa, tanto en el formato CD para el Tomo I, como en formato papel (encuadernación en tela, tamaño de gran folio) para el resto de la obra, los tomos I, II y III. Han sido muchos ya, miles, los lectores que se han introducido en el saber histórico de Guadalajara, pasando buenos momentos con su lectura, y obteniendo datos documentales que le san permitido abordar otros estudios sobre la ciudad y sus personajes.

Poemario de Trillo

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Batanero Gil, Juan Jesús: “Latidos de corazón trillano”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2014. 144 páginas. Con el patrocinio del Ayuntamiento de Trillo. ISBN 978-84-15537-61-8

Después de 40 años de trabajo diario en el ámbito de la Enseñanza, Juan Jesús Batanerollegó a la jubilación en el año 2000 y se dispuso a plasmar en forma de poemas sus experiencias y sensaciones, sus observaciones del entorno, sus recuerdos y querencias. Con esa intención, y durante unos cuantos años, ha estado preparando un poemario meticuloso y sentido, un abundante conjunto de poesías que finalmente reúne en un tomo impreso y nos las entrega a todos sus amigos, con la esperanza de que las leamos y las saboreemos.
Así lo hemos hecho, y estamos felices de haber iniciado esa tarea que ha concluido con alegría y admiración. Porque lo que Juan Jesús Batanero ha escrito en estos años de su plena madurez ha resultado ser, tanto en la forma como en el fondo, una deliciosa jornada de disfrute literario.
En cuatro partes divide sus “Latidos de corazón trillano”, unas más directamente relacionadas con Trillo, su villa natal, que otras. Pero en todas late ese amor por la tierra que al hombre ennoblece y a quienes leen y admiran sus escritos les hacen sentir nostalgia por la suya y añadir ganas de visitar el lugar del que surgen. El primero de los apartados está dedicado a los versos de tema local. Y en ellos resplandece Trillo, sus paisajes, sus calles, sus fiestas y sus recuerdos con la efectividad de lo que se lleva muy dentro del corazón.
El segundo aspecto se centra en los poemas de tema familiar. Y así hay dedicadas glosas a la esposa, a los hijos, a los amigos, y al recuerdo de cuantos admiró el autor, como el trillano de pro que fue Agapito Pérez Bodega, a quien dedica un extraordinario poema.
El tercero, nos ofrece un abanico de temas religiosos, mostrando la Fe acendrada del autor, su catolicismo fiel y su confianza en la Eternidad, a la que sabe que llegará sin falta.
El cuarto de los apartados lo dedica Batanero a temas sociales, siendo el más amplio y variado de todos, apurando su sensibilidad por aspectos de la vida actual, de la educación, de las relaciones sociales, y en definitiva de la experiencia vital, que en este autor es dilatada y muy inteligentemente administrada.
Un libro de poemas que se agradece leer, porque siempre se aprende algo. Decía Unamuno que los libros que más le gustaban eran aquellos con los que no estaba de acuerdo, porque le hacían pensar, polemizar, replantearse cosas sabidas. En este caso, el libro de Batanero Gil no es que suponga un enfrentamiento con la realidad, pero sí que nos dice de las mil aristas que esta tiene, y en todo caso, y como las parrafadas que nos dicta van envueltas en el llamativo papel de la poesía, quedamos contentos de haberlo leído, y aplaudimos a cuantos lo han hecho posible: a Juan Jesús Batanero Gil por escribirlo, al alcalde de Trillo, Francisco Moreno, por autorizarlo, a Maite Blanco, concejala de Cultura, por apoyarlo decididamente, y a Daniel Martínez Batanero por prologarlo. Todos los demás, lectores rasos, quedamos admirados del saber y la galanura del autor, y agradecidos también porque nos haya brindado esta experiencia, la de leer corazones que miran y se fijan…


A.H.C.
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Noticia de la presentación (por Javier Bravo)


El viejo maestro, Juan Jesús Batanero, presenta los versos de sus “Latidos de corazón trillano” 

En un emotivo acto, que llenó la Casa de la Cultura, en el que el autor estuvo acompañado en la mesa de ponentes por el alcalde de Trillo, Francisco Moreno, el director de Telecomunicaciones de la Junta de Comunidades, Daniel Martínez Batanero, y el cronista oficial de la provincia de Guadalajara y editor del libro, Antonio Herrera Casado.

Trillo. 27 de diciembre de 2014. En la tarde de ayer se presentó en la Casa de la Cultura “Latidos de Corazón trillano”, un libro de poesías obra del maestro jubilado, “que viene de júbilo”, puntualizaba ayer con su habitual sentido del humor, Juan Jesús Batanero. El acto llenó los asientos del salón de actos y emocionó a los presentes, precisamente en una época del año en la que la alegría de la navidad se pasea de casa en casa, sin dejarse una sola, en la villa de Trillo.

“Aunque nunca estuve desvinculado de Trillo, anhelaba el momento de mi retiro para radicarme permanentemente en el pueblo donde nací. Así fue, y aquí estoy desde el año 2000, entregado a quehaceres saludables que implican el permanecer activo, tanto física como espiritualmente”, dijo el autor en la presentación. Fruto de esta última inquietud es este “Latidos de corazón trillano” que su autor ha estructurado en cuatro apartados por contenidos: el primero referido a temas locales, el segundo a temas familiares, el tercero a religiosos y el cuarto a temas generales, de carácter social. En el texto están plasmados, con verbo fácil y jugoso, la belleza natural de Trillo, vivencias de la niñez y juventud de su autor, recuerdos de una sociedad distinta, estampas familiares, retazos de sentimientos nunca olvidados o nobles deseos, explicaba ayer su autor.

Las cuatro intervenciones que hubo en la presentación fueron casi tan sentidas como las rimas consonantes de los “Latidos”. Fue el alcalde de Trillo, Francisco Moreno, el encargado de moderar el acto. Moreno resumió en su turno algunas de las palabras que él mismo escribe en la presentación del libro: “Cuando a un trillano le sale la vena poética, y estampa su firma en ella, es cosa seria. Con métrica y rima precisas, Juan Jesús ha hilvanado sus recuerdos de niño, dejándolos caer del Cifuentes al Tajo, y los ha trenzado con su forma de ver la vida, para, una vez más, enseñarnos”.  El regidor recomendó a los presentes la lectura de unos versos “que destilan cariño por su tierra y por su gente”. 




Antonio Herrera Casado, cronista provincial y editor del libro, se centró, como le correspondía, a la parte histórica y literaria del libro, pero no olvidó la sentimental.  “Me consta, también por ser trillano consorte, que los vecinos de este pueblo son los mejores embajadores de su tierra”.  Sobre el estilo, Herrera afirmó que los versos de Batanero están llenos “de rebuscadas palabras hermosas, con las que el autor se siente como una parte más de la raíz que Trillo tiene hincada en la tierra” y valoró la dedicación del poeta que lleva mucho tiempo “destilando lo mejor de su pueblo, para sacar de su trabajo el zumo dulce que es este libro, con un  lenguaje que transmite la fuerza de sus vivencias”. 

En cuanto a las pinceladas de la historia de Trillo que Batanero ha versado en algunos poemas, Herrera alabó la “forma elegante en la que el autor glosa el pasado de su pueblo”. Así dicen los primeros versos de la rima titulada precisamente “Pinceladas de la historia de Trillo”: “De Trillo, cuenta la historia / que nació en una colina. / La que llaman Villavieja, / Que a todo el valle domina. “Bursada” la llama Plinio, / Y Ptolomeo “Thermida”, / Supuestos nombres de antaño / De esta población perdida. / Aún se aprecia alguna ruina / Adonde estuvo el poblado. / Algunos restos de teja, / y el cimiento descarnado”.

El poeta recuerda también la vinculación de la localidad con  el infante Don Juan Manuel en el siglo XIV. Entonces se construyó un castillo, al que Batanero le dedica también unos versos: “En mi pueblo hubo un castillo / En la España medieval. / Por si las veían mal, salvar pellejo y hatillo. / (…) Por el infante Juan Manuel / Fue en este año construido. / Mil trescientos veintidós, / siendo después derruido. (…) / En mala hora sucumbió / el castillo y su palacio, / Suerte que el puente quedó, / cual majestuoso topacio. / ¡Pero en Trillo hubo castillo!, “termina la poesía su autor como diciendo que conste en acta”, valoraba el cronista.

Maravillosos son también los versos que Juan Jesús Batanero dedica al callejero trillano. “Seguro que van a ser de los más recordados del libro”, añadía Herrera. Dicen así: “La parte antigua del pueblo, / Que da a la balconada del Tajo, / la recorren tres callejas: la de Arriba, la de Enmedio / Y la Mayor, la de abajo (…) / Tres altas calles, serranas, / con trayectorias muy traviesas, / todas ellas bien solanas, / Son: la calle Cantarranas, María Espá y Las Salesas”. El cronista provincial terminó su intervención agradeciéndole al autor su elección como editor.

También estuvo presente en el acto el director de Telecomunicaciones de la Junta, Daniel Martínez Batanero, trillano, amigo personal del autor y prologuista del libro. Martínez Batanero se refirió a la condición de maestro del autor. “Juan Jesús pertenece a una saga de profesores, hijos de la postguerra trillana, muchos de ellos portadores -como él- del apellido Batanero, cuyas vivencias y valores les hicieron concebir la enseñanza de una manera  integral e inseparable de sus vidas. Vidas que dedicaron, mientras ejercieron y después, incluso ya jubilados, a educar personas con principios y valores, y a prepararlas para ser esforzados profesionales y miembros impecables de su familia y de su comunidad. Mucho más allá de la educación reglada, estos maestros vocacionales lo eran las 24 horas del día, y enseñaban la manera correcta de comportarse a los niños en casi todas las situaciones de nuestros entornos rurales: en el aula, por supuesto, pero también en el recreo, en la calle, en la tienda, en la excursión, en las fiestas o en la romería. Esta manera trascendente y didáctica de entender la vida del maestro, inevitablemente condiciona el sentir de las poesías de Juan Jesús; sus versos manan del alma de una manera limpia, genuina, entrañable y profunda y van desgranando a su paso una mezcla de emoción, sabiduría, experiencia y pasión”,  afirmó Martínez Batanero.


La presentación la cerraron dos intervenciones espontáneas, las de su nieta, Patricia López Batanero, que le dedicó unas palabras “a su abuelo preferido” para agradecerle “todo lo que nos enseñas y hablas de tu infancia”, y la de su compañero del alma, el también profesor Fernando Montón: “tu libro me servirá para alimentar el espíritu, porque yo opino que así como el cuerpo necesita alimento para subsistir, también lo necesita el alma.  Tus versos serán el mejor para el mío, porque relatan vidas conocidas, recuerdos de niñez, vivencias del pueblo que te vio nacer, tu Trillo del alma, al que adoras”.

El Quijote, un libro cifrado

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Javier Alarcón Correa: "El Quixote, Cervantes y Avellaneda". Editorial AACHE. Guadalajara, 2015. Colección "Tierra del Quijote" nº 5. 360 páginas, ilustraciones. PVP 20 €.

Acaba de editar Aache, de Guadalajara, un libro singular por los cuatro costados. Un libro con el que se estrena un autor, el médico y cervantista Javier Alarcón Correa. Un libro con el que se estrena una teoría, la de que “El Quijote” es un libro cifrado y cargado de mensajes. Un libro, en fin, con el que los cervantistas/quijotistas tendrán un caudal inagotable de sugerencias, visiones nuevas, perspectivas únicas y, en fin, un pozo generoso de ideas para ver de otra manera la clásica obra de nuestras letras.


Se titula “El Quixote, Cervantes y Avellaneda” y forma como número 5 en la Colección “Tierra del Quijote” que Aache está llevando adelante con motivo del IV Centenario de la edición de la segunda parte del Quijote. El autor ha llevado durante una docena larga de años la tarea paciente, y aguda, de “buscarle la cifra” a cada nombre, lugar, personaje, escena y expresión de la obra de Cervantes. Adelantando algunas premisas que él mismo nos da para entender su obra.

El libro y su autor

Por ejemplo, ¿Quién fue Cervantes? En la respuesta que de inicio nos da Alarcón Correa, surge ya la admiración, o la polémica. Centra en la identificación del autor las raíces del significado su obra. Y aclara de entrada que don Miguel no fue un mediocre, ni un pendenciero, ni un fugado, ni siquiera se pareció (en la mental) a su personaje don Quijote. Que realmente fue un Hidalgo con tierras y castillo propios, estudiante en Salamanca y en Madrid, dominante por lo menos de seis idiomas (latín, francés, inglés, italiano, valenciano-catalán y árabe), manco de verdad, y con una profesión muy aneja a los libros. Muy lector de todo lo permitido y lo prohibido de su tiempo. De inmensa cultura, equilibrado mental y socialmente. Que despreció la gloria, el éxito y el dinero. Que fue humilde, nada envidioso, nada rencoroso, cristiano a carta cabal y paciente en la adversidad, defensor de los indios y de los jesuitas. Y algunas otras cosas que le construyen con una personalidad no muy diferente de la hasta ahora conocida, pero más sólida.


En la definición de Don Quijote, el autor de este libro aporta ya novedades sorprendentes. Porque la intención primera, y única, del autor, de buscarle una y mil cifras, significados a los nombres, y ocultas intenciones a la secuencias y aventuras, reconstruye un nuevo personaje, y un mensaje que nos hace abrir mucho lo ojos. Una y otra vez. Porque cada página ofrece horizontes nuevos. También tomado de su pluma, esta es la razón que Alarcón Correa nos da del Quijote: que es un libro hecho persona. Un Caballero Andante que es a su vez un libro. Y que no es un caballero de carne y hueso, sino de papel e imprenta. Define a don Quijote como un personaje que no se ocupa de las ideas sino del papel y tinta de los libros. Que acude en socorro de los libros maltratados. En definitiva, es un libro cifrado.

Un libro cifrado

Para dar una somera idea de por donde camina este libro, y de donde sale esa primera definición de “libro cifrado”, nos atrevemos a recoger el primer dato de algunos nombres de personas, raros de por sí, e inventados por Cervantes, que contienen las letras necesarias para una cifra en las palabras vecinas. Todos los nombres raros están cifrados. Por ejemplo: Pandafilando, Tosilos, Antonomasia, Micomicona, Cirongilio, Alifanfaron, Clenardo, Morrenago, Caraculiambro, etc. Los nombres de personajes como el Gran Capitán también están cifrados: es Colón la cifra del Gran Capitán. Y lo están los números que usa. Por ejemplo, Alarcón nos indica (entre otros muchos) que los numerales de los capítulos tiene mensajes añadidos: Que el XVI es la llegada a Trento, el XXIII alude a la predestinación en la Suma Teológica, el XXIX la llegada a América, y el XLIV alude a unos cuatros que hay en la portada y que forman parte del escudo del impresor. En la segunda parte el capítulo 59 se referiría a los autos de Fe de 1559 y el capítulo LXIII imita la clausura del Concilio de Trento en 1563. Por ejemplo, los cinco capítulos dedicados a Argel son expresión de los 5 años que el autor pasó en sus cárceles.

Son en total 360 páginas, en las que no se da descanso al lector aportándole claves, ideas, noticias, personajes que aparecen de improviso y nos sorprenden. Se enfrenta no solo a los nombres de personajes y geográficos, sino que analiza las palabras raras, únicas, que Cervantes incluye en su novela. Por ejemplo oyslo, cotufas, dornajo, ostugo, gilequelco, tunicela, alcaller, fontezilla, mantelin, atrayllado, vira, redropelo, etc. Piensa Alarcón que son únicas y están cifradas. Como también son únicas aquellas palabras usuales que aparecen una sola vez o se repiten en un solo capítulo: montaraces, grave, picas, ensalmo, etc. que aún siendo corrientes no están sino una única vez en todo el Quixote o repetidas solo en un capítulo. Hay palabras únicas que parecen estar aisladas y que no dicen nada. Por ejemplo redropelo que está en una frase anodina pero como la sigue una mayúscula no justificada lo descifra como redro pelo =r-edrop-elo = Pedro, manifestando al final del capítulo quien es ese personaje.

El autor de esta singularísima obra analiza las palabras del Quijote como un orfebre minucioso. Y así nos dice que palabras que parecen llevar erratas, en realidad tienen otro significado. En esa espiral de interpretaciones, Alarcón Correa nos dice que otro rasgo de locura (la del personaje don Quijote) es el dar a las palabras un significado extremo o equívoco. Por ejemplo un cojo, cojillo, cojín. Un estante de libros, parece querer decir instante. Un astillero es un lugar para poner astillas. Un león es un gran lector, cuya cifra nos aclara mucho… El Virrey de Lima es Rey porque Lima es la Ciudad de los Reyes. Don Diego tiene un hijo y es verdad, pero calla que tiene doce más, en total trece. Un cuento parece una historia pero es un millón. Una carta, aún con el texto escrito, es un mapa. Rectorico es derivado de rector y no errata de retórico.

Avellaneda es Cervantes

En fin: una gran cascada de gotas que nos sorprenden y nos hacen pensar. En ocasiones se hace difícil seguir el hilo de las interpretaciones, pero en otras nos supone pensar que siempre hay algo escondido en las frases y las escenas. La última de las sorpresas que revela este libro novedoso y recomendable, es el dato que Alarcón propone, con numerosas razones y claves. Con cifras desarrolladas: Avellaneda, autor de esa segunda parte aparecida en 1614, no era sino el mismo Miguel de Cervantes, que quiso darle continuación a su aplaudida obra, aun teniendo previsto escribir la tercera a la que hoy conocemos, y celebramos como segunda parte del cervantino Quijote. Dice Alarcón que ya en la primera parte de su obra cifra numerosas veces la palabra Avellaneda, con varias cifras y sobre todo con las expresiones:

andantesca C/cavalleria, A/andante C/cavalleria, y C/cavallero A/andante.

cavalleria, C/cavallero Andante= A-va-lle-n-da-e.

Insiste en el indicador de que “Cavallero Andante” significa libro, y al tiempo significa Avellaneda. Y en fin llega a encontrar, jugando a los saltos con este nombre, la increíble combinación: Tordesillas-Avellaneda = a las tres en Valladolid. Las tres, al parecer, es una hora en la que Cervantes coloca diversos trances de su obra.

En resumen, un nuevo libro sobre Cervantes, y sobre El Quijote, con una interpretación cuajada de novedades, sorprendente en todo caso. Un reto para los cervantistas. Un libro, seguro, que necesario.

Donde el Mundo se llama Guadalajara

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Juan Pablo Mañueco: "Donde el Mundo se llama Guadalajara", Aache Ediciones. Guadalajara, 2015. 350 páginas. 

Con delectación, con asombro, y con una gran capacidad creativa, la vena literaria de Juan Pablo Mañueco nos emociona de nuevo a través de las 350 páginas de su libro que titula así, “Donde el Mundo se llama Guadalajara”, como un anuncio de las infinitas sorpresas que el lector (y aún el viajero) podrá encontrar si se decide a patear con tranquilidad y método esta tierra, este rincón diáfano de Castilla.

Un libro grueso (350 páginas) con algunos gráficos que le indican al lector la ubicación en las diversas comarcas de los pueblos y monumentos que se van tratando en el libro. No es una guía, por supuesto, pero sí un vademecum en el que encontrar historias, esencias y hermosas descripciones.

El autor nos dice

En su presentación, y aparte del Prólogo que firma en esta ocasión Antonio Herrera Casado, Cronista Provincial, el autor nos dice que la parte del planeta que recibe por nombre Guadalajara es un país de países, geográficamente hablando, con una amenísima variedad de paisajes y tanta, al menos, diversidad de paisanajes, concurrencias y gentíos, aunque también, a menudo, de soledades, silencios y abandonos, si bien nunca exento de belleza.

Este libro ofrece una suerte de vagabundeo y de andanzas por la ciudad y las comarcas de Guadalajara, que, por no parar, ni siquiera se van a detener en la lírica, sino que se adentrarán también por los terrenos de la prosa y del teatro.

Poesía, novela o relato en prosa, y acción dramática sobre un tablado palaciego, es lo que contienen estas páginas, para que no falte ningún género literario a la cita con la vieja ciudad de Arriaca o Guadalajara y su tierra, tan cantada ya por plumas de la altura del arcipreste de Hita o del marqués de Santillana, pero que sigue dando motivos de asombro para los autores y lectores del tercer milenio.

La obra no en su contenido, pero sí en su presentación, utiliza un lenguaje musical u operístico y, así, se estructura en Preludio, Obertura, Actos I, II, III y IV y Epílogo. Dentro de la obra, hay también textos que se encabezan como Aria, Adagio, Alegro o Presto.
Atención merecen asimismo las composiciones que se titulan “Ribereñas”, tanto por su contenido, genuinamente enraizado en la Edad Media, como por la estructura estrófica inédita que aportan. 

Un repaso a conciencia de la tierra de Guadalajara

En las páginas de esta gran obra, se nos revela nítido el complejo universo literario de Mañueco. Autor de granada producción, que ha pisado los caminos de la poesía (los más densos) pero también de la novela, de la prosa literaria, del teatro… Juan Pablo Mañuecoexpresa en este libro contundente su visión de la tierra que le acoge.

Guadalajara se muestra como “centro del Universo”, aunque sin caer nunca en el “paletismo”, sino con la gracia con que un paisano mira su tierra, y con el optimismo que da encontrarla hermosa, acogedora, afable.

A través del realismo simbólico, que una vez más ejerce y muestra en todas sus páginas, son docenas los pueblos que reverdecen en la lírica de estas páginas. Está Brihuega por un lado, Molina por otro, Usanos y Trillo, en el verano, y Azuqueca también, más Tórtola de Henares.

En la página 331 nos ofrece el autor uno de los más bellos poemas que se han escrito hasta ahora sobre El Doncel de Sigüenza. Justo es señalarlo, y animar a muchos a que lo lean, a que lo incluyan en sus antologías ideales. Pero también nos llegan cabalgando las páginas, los sones de otros edificios, de otras gentes que hacen su oficio histórico sobre la trama urbana de Guadalajara ciudad: los gigantes y cabezudos, las cigüeñas migrantes, y los mil sonidos que emergen de La Concordia.

Un libro, en definitiva, que viene a ser el gran homenaje del autor, Juan Pablo Mañueco, a la ciudad y a la provincia en las que vive: a esta Guadalajara en la que a fuerza de mirar, de querer, y de oir, sabemos que nos devuelve el eco con generosa secuencia. Y el autor de esta obra lo recoge en plenitud.


El castillo de Zafra

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Layna Serrano, Francisco; Herrera Casado, Antonio: “El castillo de Zafra y otros castillos molineses”. Aache Ediciones, 2015. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 95. 80 páginas. Grabados a color, planos y mapas. ISBN 978-84-15537-85-4. PVP 9 €.

Tal vez movida por el éxito internacional que la serie televisiva norteamericana “Juego de Tronos” tiene hoy en día, y el hecho de que haya sido elegido el castillo de Zafra como elemento capital de uno de sus episodios, la editorial Aache se ha animado a sacar este libro, que es una información exhaustiva, completa, puesta al día, de la historia y la presencia de esta gran fortaleza medieval molinesa, aislada en medio del altiplano, y hermosa desde cualquier perspectiva por sus líneas poderosas y la situación estratégica y defensiva del castillo.
En este pequeño libro, se ofrece al lector el texto que el cronista Layna escribió, en 1933, a raíz del estudio que de su historia hizo y de la visita que giró al lejano lugar. Entonces estaba casi totalmente derruido. Posteriormente, un molinés lo adquirió, don Antonio Sanz Polo, a quien en este libro también se destaca por su decidida intervención en la recuperación del monumento. Y ya en los años siguientes fue consolidando su fama, hasta el punto de que hoy se considera uno de los lugares más visitados del Señorío de Molina, después del Alto Tajo.
En la segunda parte del libro, el cronista Herrera nos transmite los datos que posee en torno al resto del conjunto de edificios castilleros del Señorío molinés. Tierra de frontera y señorío independiente durante dos siglos en la Edad Media, Molina tuvo que reforzarse, en sus fronteras y en el eje de su territorio con voluminosos castillos, de los que hoy quedan bastantes, aunque en estado ruinoso. El cronista Herrera estudia especialmente el castillo de la capital, con su torre de Aragón, y la evolución de otros como los de Villel en el Mesa, Castilnuevo, Santiuste en Corduente, Embid, Establés, etc, hasta completar una veintena de fortalezas y torreones defensivos de frontera.

Además de ofrecernos la posibilidad de conocer tan interesante historia, y localizar esta buena cantidad de monumentos visitables, el libro ofrece una colección de imágenes actualizadas, y muchos planos y mapas de la zona. En definitiva, un valioso librito para conocer, aún mejor, nuestra tierra.

Nueva silueta de la Princesa de Éboli

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Aurelio GARCÍA LÓPEZ: “Ana de Mendoza y de La Cerda, protectora devasallos”. Aache Ediciones. Colección “Claves de Historia” nº 4. Guadalajara, 2015. 192 páginas. 17 x 24 cms. Ilustraciones. ISBN 978-84-15537-87-8. PVP: 15 €.

Con el subtítulo “Un nuevo retrato de la princesa de Éboli, según la documentación del Registro General del Sello”, el conocido historiador alcarreño Aurelio García López se enfrenta a un considerable reto, que no es otro que el de mostrar una visión nueva, más minuciosa, basada en los documentos, de una de las figuras más maltratadas de la historia del Siglo de Oro español, la Princesa de Éboli.
Para ello recoge y analiza (en un primer capítulo introductorio) cuanta bibliografía ha generado hasta hoy mismo esta dama de ascendencia alcarreña, y ofrece una nueva fuente hasta ahora no utilizada, los documentos a ella relativos existentes en el Registro General del Sello, en el Archivo de Simancas.
Aun reconociendo que el trabajo documental de Helen Reed y Trevor Dadson, que ha culminado hace un par de años en un voluminoso libro sustancial para la documentación identificativa de la biografía de doña Ana, es muy completo, queda patente que García López ha encontrado una nueva veta en este profundo subsuelo de los datos pretéritos y aclaratorios. De ellos se extraen nuevas apariencias, conclusiones y aseveraciones, que modelan la figura de doña Ana de Mendoza, y que en varios detalles la modulan hasta perfiles no conocidos todavía: como mujer preocupada de su familia, de sus hijos fundamentalmente; favorecedora de sus criados y vasallos, de cuantos la ayudan y acogen; como pleitista empedernida, siempre enfrentada con cuantos considera que quieren lesionarla; como devota impulsiva y su relación con el Carmelo renovado y especialmente con su fundadora, Teresa de Cepeda; con los moriscos que pueblan Pastrana, a los que ayuda y favorece… el temario es mucho más amplio, y los datos, en su mayor parte, sorprenden y nos dan un dibujo mucho más nítido de la Princesa de Éboli.

El libro está ilustrado con retratos, grabados antiguos y detalles monumentales relacionados con la protagonista. Y su división en cortos capítulos monográficos hacen más fácil y productiva su lectura. Por supuesto que aparecen en el libro cuantos personajes rodearon a la figura de doña Ana en vida: su marido Ruy Gómez, sus hijos especialmente el franciscano don Pedro González de Mendoza, el secretario Antonio Pérez y el gobernador real de Pastrana, Pedro Palomino, de quien traza un espléndido retrato muy fidedigno, y, como todo en esta obra, firmemente sustentado en la solidez documental de los datos de archivo.

La Ciudad de Dios (o sea, el Vaticano)

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Mañueco, Juan Pablo: “La Ciudad de Dios”. Primera parte de la trilogía “La conversión del papa Francisco”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2015. 252 páginas. ISBN 978-84-15537-92-2. P.V.P. 20 €.

Damos la bienvenida al nuevo libro del escritor Juan Pablo Mañueco, de Guadalajara, que en la cota más alta de su productividad e ingenio, nos sorprende ahora con “La Ciudad de Dios”, una narración con una línea argumental muy clara: Jorge Mario Bergoglio, cardenal de Buenos Aires, llega a la Ciudad del Vaticano en marzo de 2013 para asistir al cónclave donde va a resultar elegido Sumo Pontífice de la Iglesia Católica… Le acompaña su asistente en el cónclave, el sacerdote español, Pablo Abad Santacruz (al parecer, y según lo que leemos al inicio de la obra, originario de Guadalajara).

La realidad, potente, se va mezclando con lo imaginado. Y a través del diálogo de los protagonistas, vamos conociendo el estado de ánimo del cardenal durante aquellos día, asistiendo a la evolución de sus emociones internas, mientras se acerca el momento en que debe pronunciar el “acepto” a su elección como vicario de Cristo en la Tierra, o renunciar a dicha responsabilidad.

Técnica y literariamente, la obra constituye sin duda un engranaje muy meditado. Este libro (que puede ser leído de forma independiente de cualquier otro) es la primera pieza de una trilogía titulada “La conversión del papa Francisco”, y que se compondrá de otros dos títulos más, que veladamente se anuncian y adelante a lo largo de las páginas de este que ahora tenemos en las manos.

“La Ciudad de Dios”, relato unitario en sí mismo, puede leerse también en el orden que el lector elija, a través de cada uno de los cinco grandes apartados que conforman la novela, como si se tratara de cinco novelas cortas. Se obtendrá con ello distintas perspectivas y mensajes. En todo el libro, y en la trilogía que abre, no falta nada para conformar una obra que dará mucho qué hablar, porque sin duda consigue el adjetivo de libro de impacto…

En él desfilan personajes ilustres y nombres conocidos; una historia de la Iglesia, desde Jesucristo a nuestros días; menciones a los momentos más brillantes y más funestos del Papado, ambiciones políticas y personales de todo género; papas elevados a los altares y otros con bastantes posibilidades de haberse encaminado a los infiernos…

Y a ello se añaden conspiraciones, intrigas, profecías, códigos que deben ser interpretados, guerras, crímenes, asesinatos, sepulcros, martirios seguros e hipotéticos, viajes nocturnos por los pasadizos subterráneos de Roma y del Vaticano… y al final de todo, un santo, con lo que el lector quedará asombrado finalmente.

Leyendas y tradiciones de la Alcarria

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Pareja Serrrada, Antonio: “Leyendas y tradiciones alcarreñas”, recopilación, estudio previo y notas, de José Ramón López de los Mozos. Aache Ediciones. Guadalajara, 2015. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 96. 144 páginas, ISBN 978-84-15537-93-9. PVP: 10 €.

Un nuevo libro de la Colección “Tierra de Guadalajara” viene a ofrecernos un buen puñado de páginas, -entretenidas y apasionadas- sobre un tema que nunca cansa, y que a pesar de ser conocido, y aprendido desde pequeños, se nos viene a los ojos, a los oidos y al corazón con el empuje nuevo de lo más querido. El libro ofrece un total de 27 leyendas de Guadalajara que son recogidas del decir popular, de las historias y de las ensoñaciones de la gente. Como bien dice el recopilador y analista del conjunto, el etnógrafo José Ramón López de los Mozos, “La mayor parte del conjunto trata de temas históricos, algunos conocidos en parte o sintéticamente -con perfiles más o menos borrosos . Generalmente están basadas en hechos reales, mientras que otras aluden a la hagiografía briocense, por la que tanto cariño sentía nuestro autor, especialmente hacia la Virgen de la Peña, principal advocación briocense”.
Es don Antonio Pareja Serrada el autor de los textos que conforman este libro. Los escribió a principios del siglo XX, y los fue publicando en el periódico quincenal “El Briocense” que él fundó y dirigió desde 1904 a 1907. Con un lenguaje fluido, acorde con la época, pero fácil de leer y nada empalagoso, va desgranando una serie de más de dos docenas de tradiciones, recogidas de los libros de historia y de la tradición popular, rehechas, adornadas, bien compuestas en diálogos y descripciones. De forma que se leen sin esfuerzo. Es más: se leen con entusiasmo, y cuando acaban siempre saben a poco. Nis gustaría seguir leyendo aventuras de princesas moras y bravos caballeros.
La mayoría de las leyendas son del área briocense. Todas de la provincia, y entre ellas algunas relativas al Señorío de Molina, como la dedicada a la historia del Butrón, y la de La Matanza de Cillas, cuando el día de Santa Catalina los asaltantes molineses se hicieron con su castillo.
En Brihuega se centran bastantes de estas tradiciones: la de las Salves del Cerco (de 1445) evocando el asalto a la villa por parte de las tropas navarras, y la defensa de los brihuegos que quedó plasmada en aquellas siete salves que siguen cantando los siete días que median entre la Trinidad y la Pascua… o la poco conocida referencia a la pelea entre Alhakem y el joven mozárabe defensor de Elima. Se añaden la historia de la participación de los tercios brihuegos en la toma de Córdoba, con su capitán Domingo Muñoz a la cabeza, y se hace alusión también al Paso Honroso de Torija en el siglo XVI.
De la Alcarria surgen memorias bien entretenidas por estas páginas. Así de Jadraque nos llegan los ecos del Regreso del Indiano, con la historia de don Juan Gutiérrez de Luna, y en “El ocaso de un astro” la definitiva pelea entre la favorita Princesa de los Ursinos, y la reina Isabel de Parma, que la expulsa directamente desde la Casa de las Cadenas, de la plaza mayor jadraqueña, a Francia… pero también nos encontramos con la historia, sencilla y emotiva, de doña Mayor Guillén de Guzmán, señora de Alcocer y cifuentes, abandonada por el rey Alfonso, o la truculenta memoria de “La Peña de don Astolfo” junto a las Entrepeñas del Tajo, y que en Sacedón le recuerdan como Don Apóstol que murió en las aguas del río cuando las llevaba. Aun cabe la memoria de la actriz “La Calderona” que encandiló al rey Felipe IV incluso cuando ella se recluyó monja entre los muros del monasterio benedictino de Valfermoso.

De todas estas “Leyendas y Tradiciones” sacamos un buen regusto a conseja vieja, a infantil demanda y puros ancestralismos. Es la Alcarria la que tiembla tras sus explicaciones, y por sus caminos, por sus “galianas” y oteros van desfilando (y quedándose para siempre en nuestra memoria) personajes como Carlos infante de Francia, don Beltrán de la Cueva, la Princesa de los Ursinos o el propio MartínVázquez de Arce, “El Doncel” de Sigüenza, que por Illora se halló cuando la toma, que también Pareja Serrada refiere en este libro, entretenido y ejemplar. Una pequeña joya del alcarreñismo militante.

La Isabela, dato a dato

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Antonio Trallero Sanz, Francisco Maza Vázquez, Andrés Cidoncha Marañón, David Juan Núñez Pérez, Javier Ruiz Castillo, Ana Pilar Sancho Olóriz: “La Isabela. Balneario, Real Sitio, Palacio y Nueva Población”. Aache Ediciones. Colección “Tierra de Guadalajara”, nº 94. 2015. 208 páginas, ilustraciones a color. ISBN: 978-84-15537-88-5. P.V.P.: 15 €.

Este libro es fruto de dos sucesivos estudios por parte de alumnos de la carrera de Arquitectura Técnica de la Universidad de Alcalá, dirigidos por sus profesores Trallero Sanz, Fernández Tapia y Maza Vázquez, iniciados en 2005 y acabados ahora, debido a las prolongadas tareas de campo que han llevado, mediciones “in situ” y análisis de un territorio que habitualmente está anegado por las aguas del embalse de Buendía, y que en épocas de sequía, al bajar las aguas, dejan al descubierto las ruinas de este antiguo Balneario y Real Sitio, permitiendo su estudio detallado.
El estudio tiene varias vertientes: de una parte el histórico del lugar, con búsqueda de fuentes documentales y bibliográficas que permiten remontar sus orígenes hasta la época de los romanos. De otra, el análisis urbanística, arquitectónico, topográfico y constructivo de un conjunto muy amplio de edificios, de jardines y servicios.
A este balneario, que tuvo sus años –sus siglos-  de apogeo y fama, le llegó el nombre de “LaIsabela” por decisión real, destacando así el uso que por parte de la monarquía hispana se hizo del mismo, y reflejando en su título el recuerdo de doña Isabel de Braganza, segunda esposa del rey Fernando VII. Aunque fue el tío de este, el Infante don Antonio de Borbón, hermano de Carlos IV, quien inició su uso, y programó estancias en “los Baños de Sacedón” como primeramente fueron llamados.
Por ellos, por sus nuevos edificios, sus bien cortados planteamientos urbanísticos, sus fuentes y sus jardines, sus alamedas junto al río y sus aguas salutíferas, desfilaron los reyes y reinas, políticos de altura y hasta intelectuales de nota. Por ejemplo, a don Gregorio Marañón le encantaba este lugar como espacio paradisiaco de descanso y meditación. Al final la Guerra Civil acabó con su uso, convirtiéndolo todo en cuarteles y prisiones, y tras el conflicto, la construcción del complejo hidroeléctrico de Entrepeñas y Buendía sumieron bajo las aguas del río Guadiela el conjunto.

El estudio de los autores de este libro va más allá de la historia: se centra especialmente en el análisis de los edificios, de su ubicación, construcción, reformas, usos, y todo ello con el directo protagonismo de las ruinas que emergen, ahora más que nunca, y nos dejan ver la estructura de aquel Paraiso en la Alcarria que fue La Isabela. Como reflexión momentánea, nos vuelve la idea de cuantas cosas hermosas ha tenido esta tierra, y que hoy han sido dejadas en el silencio, en la ruina y en el olvido.
Es muy valioso el conjunto de gráficos que aporta este libro, quizás su más importante capital, porque se han levantado planos completos del lugar, alzados y secciones de sus palacios y residencias, de los baños y dependencias, etc. También se ofrecen en esta obra reconstrucciones virtuales, tridimensionales, de las estancias, los patios, los paseos, etc. Su carga gráfica es, sin duda, su mayor aportación.
A ello puede sumarse todavía el estudio novedoso acerca de los arquitectos que en los siglos XVIII y XIX construyen poco a poco el conjunto de La Isabela. Incluso se ofrecen los planos y las evidencias gráficas de otras ampliaciones que se pretendieron, -y que no llegaron a cuajar- para hacer de este Balneario el más ostentoso del centro de España, y eje del uso veraniego y salutífero por parte de la monarquía.  Son los nombres de Antonio López Aguado, Silvestre Pérez, Isidro González Velázquez, y Custodio Teodoro Moreno los más destacados.
A todo este acúmulo de información, documental y gráfica, la obra de Trallero, Maza y colaboradores suma una serie de apéndices entre los que destacan la amplia descripción del lugar y sus edificios según la “Subasta de Fincas” que se hizo en 1856 al ser enajenado de la Real Casa y pasar a poder del Estado: en ese texto puede analizarse al milímetro cómo eran y a qué se destinaban los edificios de “La Isabela”.

En cualquier caso, un libro llamativo y útil, que nos da noticia de una parte de nuestro patrimonio y nuestra historia, aunque ahora, como se dice en el Colofón gráfico de la obra, nos muestra el “Ayer y el Hoy de un patrimonio  histórico, artístico y cultural que Guadalajara ha perdido”.

El Quijote, manuscrito y políglota

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Cervantes Saavedra, Miguel de: “El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha”. En dos tomos. Aache Ediciones y Casa de la Torre. Guadalajara-El Toboso, 2016. Tomo I, 992 págs., Tomo II, 1.228 págs. Tamaño 21 x 30 cms. Encuadernación en simil piel. Todo impreso a cuatricromía. Peso, 7,5 Kgs. ISBN 978-84-15537-89-2. P.V.P. 500 € los dos tomos.

En el año 2016, en que celebramos el IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra, la provincia de Guadalajara es testigo, por primera vez en la historia, de la edición en ella de un “Quijote” completo. De un Quijote muy especial.
La editorial AACHE, dedicada fundamentalmente a la edición de libros sobre temas de Guadalajara, inicia el año 2016 con la edición de un gran “Quijote”. Se trata del denominado “Quijote Manuscrito y Políglota”, porque ofrece, en dos gruesos tomos, las dos partes de “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha” de Cervantes. Y lo hace con unas características únicas.
Porque en esos dos tomos, de tamaño folio ampliado, impresos sobre papel especial, encuadernados en imitación piel, con 992 páginas el primer tomo, y 1.128 páginas el segundo, se presenta la obra de Cervantes al completo, y toda ella copiada de forma manuscrita. Esa es su primera características singular: todos los capítulos están escritos a mano, cada uno de ellos por un cervantista o admirador de la obra de Cervantes. Lo que supone la participación de al menos 126 personas (algunos están escritos en colaboración, matrimonios, amigos, grupos….) y la mayoría ilustrados también expresamente para la edición por los amanuenses respectivos, o por otros artistas.
La segunda característica sorprendente es que estos capítulos están traducidos a lenguas muy diversas. Hay en total 67 idiomas distintos en este quijote, predominando los capítulos en castellano, pero incluyendo capítulos en otras lenguas de España (catalán, vasco, bable, mallorquín, gallego…) y en otras lenguas del mundo (inglés, alemán, francés, italiano…) y aún en quechua, persa, espanglish, latín, malgache, amazigh, kurdo, árabe, hebreo, guaraní, armenio, etc….
El Prólogo a la obra lo escribe (también a mano) el Premio Nobel José Saramago, y lleva los prólogos cervantinos manuscritos por José Montero Reguera, prestigioso cervantista, el de la primera parte, y por Antonio Martorell, el artista portorriqueño que lo dibuja más que lo escribe, en un alarde gráfico inusual, el de la segunda.
Se completa el libro con detallados índices, que nos dicen las personas que han copiado, ilustrado y tratado cada capítulo, y las ediciones de las que se han sacado las versiones utilizadas en cada elemento de este Quijote, que por su volumen, su belleza y su curiosidad, es una pieza que, nada más salir, ya es codiciada por los coleccionistas, más aún cuando saben que solamente se han impreso 300 ejemplares de esta obra.
Entre los copistas de capítulos, en los que se han esmerado con su mejor letra, ilustraciones y algún comentario final, destacan nombres como los de Santiago López Navia, José Manuel Lucía Mejías, Carlos Alvar, Alberto Blecua, José María  Casasayas Truyols y su familia, y Francisco Moreno Fernández. Y entre los ilustradores de detalles, letras y aún páginas enteras, figuran nombres como los de José Manuel Cañas Reíllo, Andrés Escribano, Marina García Galietero, Jorge Mato, Juan Carlos Zamorano, Fidel María Puebla, hasta un centenar de ilustradores.

La obra es monumental, y se ofrece por parte de los editores, y de todos cuantos han colaborado, como un esfuerzo de admiración y aplauso a la figura de don Miguel de Cervantes, en el cuarto centenario de su muerte.


100 Maravillas de Guadalajara

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Autores: Antonio Herrera Casado y 50 autores más
Edita: Aache Ediciones de Guadalajara S.L.
Colección“Tierra de Guadalajara”, nº 100
Guadalajara, 2016
Páginas 216, ilustradas a todo color
ISBN: 978-84-15537-97-7
Precio: 15 €.

Después de 30 años de publicar libros monográficos sobre pueblos, monumentos, fiestas, rutas, personajes y gastronomía de Guadalajara, la Colección “Tierra de Guadalajara” que inició la editorial Aache con su libro “Sigüenza, una ciudad medieval” en 1985, se ha propuesto reunir en un volumen, el que cumple los CIEN Números de dicha colección, lo mejor y más interesante de la provincia. En unas “propuestas esenciales” para conocerla, en todos sus perfiles: monumentales, folclóricos, paisajísticos, históricos, gastronómicos, etc.

El libro se estructura en 100 fichas a doble página en las que aparece a la izquierda un texto y a la derecha unas imágenes e información complementaria, sobre temas que, en este orden, tratan de la arqueología, la arquitectura románica, los monasterios, los edificios singulares, los pueblos, los elementos muebles, los espacios naturales y las fiestas más llamativas: ha sido difícil concretar en tan sólo cien temas, lo que de interés especial tiene Guadalajara y lo que la hace acreedora a su visita pausada, al viaje lento y a la degustación entretenida.

Entre esas cien propuestas esenciales para conocer Guadalajara, aparecen elementos universalmente aplaudidos, como el palacio del Infantado de la capital, o la catedral de la ciudad de Sigüenza, que no admiten contradicción. Pero se añaden cosas que, no por desconocidas son menos asombrosas: desde la cueva del moro, de Pastrana, al retablo de San Gregorio, en Alovera, o los ángeles virreinales de Tartanedo, en el Señorío de Molina.

Añade otro punto de interés este libro. Y es que aparte de llevar unas cuantas entradas escritas por su promotor principal, el cronista provincial Antonio Herrera Casado, reconocido en su labor de muchos años como analista del arte y la historia de la tierra castellana, más de la mitad del libro está firmado por otros autores, entre los que destacan las plumas veteranas de Francisco García Marquina, José Antonio Suárez de Puga, José Ramón López de los Mozos, o Francisco Javier Sanz Serrulla, entre otros, y las más novicias de Marta Embid Ruiz, Víctor Foguer Condado, Amador Ayuso Cuevas o Tomás Barra Florán. Más de medio centenar de firmas avalan esta publicación, que con ellas alienta su mejor valor.

Esta obra, cuyo título 100 Propuestas Esenciales para conocer Guadalajaraestá muy pensado, y su listado una y otra vez repasado consigue presentar, en poco más de doscientas páginas, lo que la provincia de Guadalajara ofrece a quienes la habitan, y a cuantos piensan venir a disfrutar de ella, se completa con unos índices topográfico y de autores que le añaden utilidad. Los gráficos que la ilustran, en forma de fotografías y dibujos, terminan por definir un libro hermoso, además de útil.

Ya ha habido quien no ha dudado en decir, al verlo “Ojalá que todas las provincias de España tuvieran, al menos, un libro como este”. Es cierto: porque en esta obra se condensa el saber, el ser, el sentir de una tierra, como es la que contiene los pueblos y las gentes de Guadalajara.

Rienda, salinas y tradiciones

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María del Rosario de Francisco Chicharro: “Rienda. Historias y Tradiciones”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2016. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 98. 180 páginas, numerosas ilustraciones en B/N. ISBN 978-84-92886-86-9. P.V.P.: 15 €.

Acude esta publicación al rescate de las viejas tradicionesde los pueblos castellanos. Y las encuentra, ya solo en la memoria de quienes las vivieron en primera persona, en este pueblecito, que aún alienta, en la serranía de Atienza, en los límites mismos de Soria, en las peladas y frías alturas del Ducado.
No es la historia del pueblo, que apenas si la tiene, porque dependió siempre de Paredes de Sigüenza, que está muy cercano, y fue de paso entre las dos mesetas castellanas. Cerca de aquí cruzó el Cid Campeador hacia Valencia, y por estas elevadas mesetas circularon los romanos sobre una calzada que aún muestra sus restos, en las cercanías del pueblo. De tiempos muy muy remotos ha conservado las huellas de los dinosaurios, y por aquí y allá surgen restos, fragmentos prehistóricos, que atestiguan la antigüedad del lugar.
Pero la esencia de esta publicación que escribe Rosario de Francisco, nacida en el pueblo, y con una clara visión de lo que cuenta, es otra: es la recuperación escrita de una memoria colectiva, anclada en los años que discurren por el siglo XX. De abuelos y padres recoge tradiciones, formas de vida, disposición al trabajo y formas de divertirse. Solo para dar una leve idea de lo interesante de su aportación, cabe dirigirse al índice del libro y ver que en él aparece, tras la somera descripción del pueblo, de las casas y de la iglesia, las alusiones a sus figuras personales de relieve (el sacerdote, el médico, el barbero, el lucero, la maestra…) y a quienes pasaban de camino ofreciendo sus servicios, los cacharreros, los trajinantes, los segadores, los pobres peregrinos…
La mayor parte del libro se va en la descripción de los elementos que componían la vida de Rienda, en años pretéritos. Y así habla de las labores agrícolas, esencia de la vida, más las ganaderas, y las artesanas. Sigue con las tareas caseras, tanto de hombres como de mujeres, y acaba con la formación de la escuela, las enfermedades y sus remedios, el servicio militar, las costumbres, fiestas y vicios, más referencias (ineludibles) a la Guerra Civil, la meteorología, canciones infantiles, refranes… en fin, un caleidoscopio de asuntos que vienen a darnos una vívida imagen de la existencia rural de un pueblo castellano.

Aumentado de numerosas fotografías, en la mayoría de ellas con personajes reales, de la familia, del pueblo en el siglo XX, el intento de Rosario de Francisco es absolutamente exitoso, y el libro se lee de una tirada, con su lenguaje fácil y directo. No en balde la autora ha dedicado su vida a la enseñanza, y sabe de qué habla, y lo hace muy bien. Un libro, en suma, muy recomendable, y que nos facilita aún más el conocimiento de la tierra en que vivimos.

En busca del auténtico Cervantes

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Antonio Mendoza Mendoza: “El regocijo de las musas. Del lugar de la Mancha al origen del Quijote y a la cuna de Cervantes”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2016. 696 páginas, profusamente ilustrado, color. Tamaño 17 x 24 cms., encuadernación tapas duras. ISBN 978-84-92886-84-5. P.V.P.: 50 €.

Monumental estudio acerca de Miguel de Cervantes, con análisis exhaustivos documentales acerca de su lugar de nacimiento. También puede calificarse de monumental el análisis que el autor hace de la novela cervantina “Don Quijote de la Mancha”, tratando de mostrar el gran parecido de la vida del autor con las aventuras que le suceden a su personaje. Y además se añaden numerosos apuntes y observaciones, acerca de la geografía del Quijote, de los pueblos en que se localizan sus escenas, con particulares referencias a edificios, paisajes, accidentes geográficos… Una obra que le ha llevado al autor media vida, y en la que ha puesto sus gran saber, su mucho leer, sus visitas incesantes a archivos de todo tipo y localización.
Un especial apartado es el que se refiere al intento de demostrar que Cervantes autor del Quijote nació en Alcázar de San Juan, en 1559, y, finalmente, un análisis meticuloso, casa por casa y calle por calle, de La Villa de don Fadrique, donde pudieran localizarse algunas de las esencias del libro magno de nuestra literatura.
En todo caso, una obra profunda, meditada, documentada, seria, en torno a un tema que parece no tener fin, pero que con aportaciones como esta que nos entrega Antonio Mendoza, nos deja más claros los perfiles de Cervantes y de su personaje don Quijote, enmarcados ambos por una geografía que aquí desvela sus más sorprendentes esquinas.

El libro se complementa con bibliografía, árboles genealógicos de los Cervantes, personajes de La Villa de Don Fadrique, de la Mancha entera…. Y un gran plano desplegable de esta villa donde escribe el autor, y sus alrededores, minuciosamente analizados.

Vida y Obra de Camilo José Cela

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García Marquina, Francisco: “Cela. Retrato de un Nobel”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2016. 640 páginas, con ilustraciones, más de 2.000 notas e índices. Encuadernación en cromo con pasta dura. ISBN 978-84-15537-98-4. PVP: 25 €.

Con motivo del Centenario del nacimiento en Iria Flavia de Camilo José Cela, aparece este libro en el que llevar el autor trabajando largos años. Se trata de la biografía más completa y minuciosa hasta ahora escrita sobre el autor español, con anotaciones meticulosas desde su infancia, hasta el momento de su fallecimiento.
El autor puedo conocerle muy bien, especialmente en los años en que Cela residió en Guadalajara, que fue cuando recibió de la Academia sueca el nombramiento de Premio Nobel. Los datos precisos, las anécdotas vividas, y muchos rasgos de la personalidad, con fuerza y sorpresas, del escritor gallego, dan pie a un libro muy documentado, y con aportaciones hasta ahora inéditas. Entre ellas, el medio centenar de fotografías que lo ilustran.

Una segunda parte se basa en el análisis riguroso de la obra de Cela. De su teoría de la literatura, de sus artículos, poemas, novelas, y otros libros inclasificables. Sin duda, como ha sido definido por muchos, el autor más interesante y con fuerza del siglo XX español. En esta obra, GarcíaMarquina se plantea describir su vida y su obra. Y lo consigue plenamente.

Nuevo "Viaje a la Alcarria" por Mañueco

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Mañueco Sánchez, Juan Pablo: “Viaje a la Alcarria, versión .XXI”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2016. 356 páginas. Tamaño 17 x 24 cms.

En el mes de junio de 1946, el escritor gallego Camilo José Cela, que alcanzaría en 1989 el nombramiento de Premio Nobel de Literatura, se “echó al monte” y recorrió durante 10 días, a pie y en coche de línea, la tierra de la Alcarria Baja, entre Guadalajara y Pastrana, dándole vueltas al paisaje y anotando cuanto veía, sobre todo a nivel humano y social.

Ese viaje alcarreño, que ancla sus orígenes en el que hizo Tomás de Iriarte a finales del siglo XVIII y más o menos por entonces otro similar don José Cornide, ha sido repetido y admirado. Ahora, en el Centenario del nacimiento de Cela, se ha sacado del baúl de los recuerdos numerosos libros y bastantes recuerdos de aquellas trochas y lances. Y nuestro escritor más fecundo, el poeta, y ahora prosista Juan Pablo Mañueco, nos sorprende con una aportacion personal, nutrida y abundosa de páginas y de ideas, en este libro que lleva el título que encabeza estas líneas.

En sus 356 páginas, pueden destacarse muchos detalles, describir sus partes, anotar los personajes y circunstancias que surgen. Es un viaje muy literario, más que el de Cela, y que adivinamos con sus raíces hundidas en lo más granado de la literatura castellana, porque no solo ecos de Cela se oyen en él, sino también de Cervantes, de Lope, de Alonso Gamo y aún de Delibes.

En una primera parte que el autor titula “Antesdel Viaje” destaca el llamado Tranco XI, o "Diálogo barroco entre laConcordia, el parque de San Francisco y el Fuerte que fue convento(densísimo, barroquísimo, estupendo). Y tan prolijo que sin duda haría falta un intérprete de metáforas para transcribir el capítulo a lenguaje de la calle.

En la primera parte, el Tranco IV (que es donde se inicia la metanovela) hay una descripción en prosa/verso  de la Iglesia de San Ginés, del que un lector avisado no dudará nunca de calificar inspirado por el Altísimo, y que nos parece que en punto a poesía no desmerece de nada de lo que en la castellana biblioteca de poetas se ha escrito hasta ahora.

Como curiosidad de esa parte primera, el Tranco V merece sin duda un vistazo, sobre todo por la peculiar visión de Don Quijote y de “su” Cervantes que presenta. No vamos a desvelar nada en este comentario, pero sí poner en la boca del posible lector la miel de lo que se aproxima.

Con una prosa “descansada y amena” el libro del “Viaje a la Alcarria” de Mañueco propiamente dicho se puede leer y hasta entretiene. Un paso largo por Guadalajara, otro corto por Taracena, y un tercero inventado y feliz, muy denso y gracioso, en Tórtola de Henares, porque a veces recuerda "El Camino" de Delibes, cuando aparece el niño que ha de abandonar su pueblo castellano para irse a la ciudad. Cuando, finalmente, aparece Torija, el lector sabe que está pisando tierra auténtica, porque allí encuentra elementos de la cotidianidad (el certamen de rondas y calderetas por las calles, la estampa del dueño del asador Pocholo…) entrando a continuaciçon a charlar con seres que no son imaginados, pero que ya no existen. Esencia del libro es, sin duda, ese par de encuentros con Camilo José Cela y con José María Alonso Gamo.

Con el primero charla aunque de un modo poco convencional, al coincidir en el mismo espacio, pero en épocas diferentes, dos viajeros, que son CELA òpr un lado, y el autor MAÑUECO por otro, viendo a lo largo de su charla dos Torijas diferentes, la de 1946 ruinosa y rupestre, y la de 2016 cuidada y alegre. Dos torijas muy diferentes, aunque siempre en la misma raíz.
Con el segundo, lo que hace el autor es rememorar la charla que con él tuvo (hace más de treinta años) en su casa del Paseo de la Castellana de Madrid y los consejos que al sabio pidió, cuando empezaba a hilvanar palabras.

Además el autor ofrece un último viaje, completo y abreviado por la sAlcarrias (sí, por las de Guadalajara, y también por las de Madrid y Cuenca) con singulares vistas desde un robotizado vehículo. De los que usa aquí y allá en sus diversos pasos y periplos. Versos y prosas que Mañueco finalmente engarza con su habitual maestría, y un libro denso y brillante que nos deja tan buen sabor de boca que ya pensamos en la segunda parte (y que sabemos la está escribiendo ya, con pasión heredada, con redoblada inspiración en sus medidos versos y sus sazonadas prosas.


A.H.C.

Y ahora un viaje a Brihuega

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Mañueco Sánchez, Juan Pablo: “Viaje a Brihuega, y las primeras cincuenta castellanas”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2016. 200 páginas. Tamaño 17 x 24 cms.

“Viaje a Brihuega y las primeras cincuenta castellanas” es la novela que continúa a “Viaje a la Alcarria, versión .XXI” con la que Juan Pablo Mañueco aceptó un nuevo desafío: el de tomar un libro mítico de Camilo José Cela, pero anclado en una Alcarria que ya no existe, y realizar tal viaje en el siglo XXI y de forma distinta por su concepción, el cual, eso sí, respeta su recorrido.

En el mismo lugar en que, físicamente, habían quedado al fin de su viaje los protagonistas de aquella novela, es decir, en las inmediaciones de la villa de Brihuega, se reanuda un periplo que, primero, nos llevará a ella y posteriormente continuará por tierras alcarreñas, ya enteramente distintas a las que recorrió Camilo José Cela.

Descripciones y anécdotas aparte, este periplo comulga del libro de viajes, y del relato humano y social.

Dos nuevos personajes de relevancia se unen a quienes fueron presentados en la primera novela de esta serie, para componer un grupo de cuatro que, además de ofrecerlas ya aquí, prometen nuevas y jugosas aventuras por el recorrido alcarreño que han iniciado y a cuyo viaje nos invitan.

“Alcarriante”, por su lado, es el encargado de darnos a conocer “las primeras cincuenta castellanas”, algo tan inédito como sorprendente, y que muestra una vez más la potente vena de Mañueco en el camino de la poesía: es un titán de la rima, de la métrica y de las figuras. En estos poemas, que él ha creado tanto en su forma como en su contenido, se nos muestra artífice de un singular universo poético.

Hay, además, interesantes consideraciones que el autor hace a propósito de la lengua castellana, de su propio apellido, de las influencias que unos pueblos tuvieron en otros, en este conjunto inseparable que es la Iberia. Y de ese texto entresacamos estas frases, que pueden servir de muestra de lo que digo:

A LA QUE esto piensa el escribidor, medita sobre su propio apellido
donde aprecia claras reminiscencias iberas, por ejemplo en su terminación en el sufijo en -eco; que significa grande, abultado o irregular, como por ejemplo en los mismos aumentativos con el mismo significado zueco, tueco, morueco, berrueco…Todos ellos reminiscencias del ibero en el castellano, moderno, con idéntico significado de grande en tamaño.

A LA QUE analiza esto, el escribidor cometa lo curioso que le parece
la equivocada tesis que mantienen algunos pseudoeruditos que ven influencia vascona de la Edad Media por todas partes en Guadalajara, cuando lo que hay son pervivencias iberas en Guadalajara, claramente. Exactamente, igual que ocurre en el caso vasco, si queremos añadir esta otra conclusión, que también es un resto del ibero.

A LA QUE considera esto, opina también que debería tenerse más en
cuenta la influencia várdula en el nacimiento de la fonética castellana
para la evolución del latín, puesto que los várdulos de Castro Bardulia o
Castro Uardulia o Castro Urdiales, y en general de toda Bardulia, es decir, desde la zona del mar de Castro Urdiales hasta la zona montañosa alta, son el origen mismo de Castilla.

A LA QUE piensa esto se ratifica en que la fonética várdula es la que
debe predominar a la hora de descubrir influencias fonéticas en los primitivos rasgos fonéticos del castellano.


A.H.C.

Alovera en la Campiña

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Angel Mejía Asensio: “ALOVERA, auge y decadencia de una villa castellana (siglos XVI - XVIII)”. Editado por AACHE con el patrocinio del Ayuntamiento de Alovera. 240 págs., 17 x 24 cms. gran número de grabados, a color y en blanco y negro.ISBN 84-95179-33-4. PVP: 12 Euros.

Este libro fue ganador, en su día, de un Premio de Investigación promovido por el Ayuntamiento de Alovera y la Caja de Guadalajara. En una época en que desde los consistorios locales se estimulaba y premiaba la investigación sobre su historia, arte y costumbres. El autor, un conocido historiador alcarreño que se ha hecho acreedor a otros premios diversos y distinciones. Y que ya en esta obra manifiesta su consistencia intelectual y su rigor académico. En esta obra está, sin duda, todo lo que necesites saber sobre Alovera y su historia.


Así encontramos en sus páginas la evolución detallada de su Concejo, sus órganos institucionales, sus avatares completos, desde el siglo XVI al XVIII. También en el aspecto patrimonial se destacan sus piezas más interesantes, con ladescripción al milímetro de su iglesia parroquial, más las joyas de sus diversos retablos renacentistas, de su sacristía, y sus diversas ermitas. Incluso el autor no se olvida de las costumbres campiñeras, incluyendo en su estudio el de las múltiples Cofradías de siglos pasados, las fiestas de la Virgen de la Paz, añadido de sus romerías, milagros, arqueología del término, etc. Es un compendio definitivo sobre esta simpática y típica localidad de la Campiña de Guadalajara. 

De Orche a Horche (una historia de Horche)

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Juan Luis Francos Brea:Historia de Horche”. AACHE Ediciones. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 71. Guadalajara, 2009. 416 páginas y numerosos grabados. PVP: 25 €.

El martes 21 de abril de 2009, se presentó en la Casa de Guadalajara de Madrid la Historia de Horche, libro póstumo de Juan Luis Francos Brea (Santiago de Compostela 1940 – Madrid 2008). La presentación se repitió en la Casa de la Cultura de Horche el 1 de mayo de ese mismo año. En ambos casos corrió a cargo del Cronista Provincial de Guadalajara, Antonio Herrera Casado. Brillando por sus ausencia, en ambos casos, las autoridades locales de Horche. Un dato que fue muy comentado por todos los asistentes.

“El amigo Juan Luis”, como le llamábamos por su amabilidad y simpatía, acabó en Madrid por su trabajo y en Horche por su matrimonio con Mari Carmen Cogolludo. Su trabajo en la industria le hizo viajar continuamente hasta su prejubilación a los 58 años. Entonces pudo centrarse en su pasión por la historia y costumbres alcarreñas (centradas en Horche y alrededores), y por los toros. Hombre metódico y disciplinado en su labor, contaba que empezaba diariamente su labor investigadora a la hora en que hubiera debido irse al trabajo en la industria, en vez de estar agobiando a su esposa en sus labores habituales. Y desde la hora en que hubiera vuelto del trabajo, permanecía con ella. En los actos culturales en que coincidí con Juan Luis, siempre estaba su esposa a su lado. Eran inseparables.
Fue motor tanto de la actividad cultural de la Casa de Guadalajara en Madrid como de la Asociación Cultural “Juan Talamanco” de Horche. Asimismo fue Académico Correspondiente de la R.A.H., miembro de la Asociación Castellano-Manchega de Periodistas y Escritores de Turismo, y colaborador (y corresponsal en Horche) de “Nueva Alcarria”, donde publicó en fascículos su obra principal, la “Enciclopedia Taurina de Guadalajara”. Como académico correspondiente, colaboró con diferentes ítems del Diccionario Biográfico de la R.A.H.

Recuperó una pequeña celebración en Horche la noche de San Juan en conmemoración de la conquista cristiana de la villa, que los antiguos cronistas indicaban que se realizó ese día por el propio Alvar Fañez de Minaya, inmediatamente antes de la toma de Guadalajara. Cerca de la festividad de la Inmaculada, la Asociación “Juan Talamanco” de Horche que él presidió entregaba, en colaboración con el Ayuntamiento, sus premios anuales, que incluyen a un estudiante de la localidad, propuesto por el claustro de profesores del colegio de la villa. Mantuvo una cierta polémica como partidario de la recuperación del nombre tradicional de la localidad, “Orche” sin la H. No pudo llegar a ver completamente restaurada la iglesia parroquial, hecho que menciono por las veces que me hablaba de ella durante las obras. En la hemeroteca provincial pueden comprobarse los diferentes homenajes que ha ido recibiendo en el año que ha transcurrido desde su fallecimiento.

Fue poco a poco almacenando documentación acerca de Horche, atraído por la obra que escribiera el padre Talamanco en el siglo XVIII y que se reeditó gracias, en gran parte, a su esfuerzo. Un día decidió completar esta antigua historia de su villa de adopción, especialmente desde una conversación con Antonio Herrera Casado en 2007. Llegó a terminar un borrador muy avanzado del texto pero no pudo darle forma final y completa homogeneidad por culpa de su fallecimiento en 2008, tras una serie de complicaciones tras una operación programada, de riesgo, por un aneurisma de aorta.

La familia entregó al editor, Herrera Casado, el texto y ficheros preparados por Juan Luis. Y éste empezó una ciertamente difícil labor, en la que se conjugó el máximo respeto al texto y trabajo original del amigo con la necesidad de homogeneizar el libro. El título, finalmente, quedó como “Historia de Horche”, pues aunque Juan Luis era partidario de “Orche”, es “Horche” el nombre oficial del municipio en la actualidad.

Es un libro denso, en el que quizá el autor quiso incluir todo lo mucho que él había recopilado sobre la villa de Horche, como si previera la necesidad de acabar el trabajo. Con numerosas fotografías (actuales y antiguas, ésas proporcionadas por diferentes vecinos) y planos, el libro contiene 416 páginas, incluyendo algunos documentos transcritos, unos completos y otros resumidos. Historia, leyendas históricas, patrimonio artístico, breves biografías de horchanos ilustres, callejero, oficios, apodos, fiestas tradicionales, costumbres actuales y pasadas, fuentes, bodegas, la agricultura, datos demográficos y de las actas municipales, etc, etc.

Francos Brea le ha puesto difícil el trabajo a los siguientes historiadores de la villa, de la que fue Cronista, con su magna y extensa obra póstuma, de la que sólo lamentamos que no pudiera darla forma final. Es seguro que le quedaron temas en el tintero, pues pensaba ampliarla después de su operación quirúrgica. Ya que no podemos felicitarle en persona por ella, se la podemos agradecer a su esposa e hijas (Anabel y Elena), y a la Editorial Aache por ponerla en imprenta y dárnosla a conocer a todos.


José Luis García de Paz. El Decano, 17 de abril de 2009.

El palacio ducal de Pastrana

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Aurelio García López: “El palacio ducal de Pastrana”. Aache Ediciones. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 74. Guadalajara, 2010. 200 páginas, numerosos grabados. ISBN: 978-84-92886-12-8. PVP: 12 €.

Un esperado libro, que por fin toma cuerpo. El palacio ducal de Pastrana, durante largos años en abandono y progresivo hundimiento, ha vuelto a la vida tras su adquisición por la Universidad de Alcalá. Una cuidada restauración, dirigida por Fernández Alba y Clemente San Román, le ha devuelto su pasado esplendor, con aportaciones contemporáneas, como el gran patio central, ahora cubierto y con columnas metálicas y profusión de cristales. Todavía sin un uso popular ni mayoritario, pero el hecho cierto es que el palacio ducal de Pastrana está ahí, en perfectas condiciones de revista.Y para completar esta actitud de recuperación, se añade ahora la edición de un libro que narra al completo su historia, las vicisitudes de su construcción, de sus reformas, las vidas de sus propietarios, los nombres de sus constructores. Y la descripción una por una de las maravillas que encierra. Este libro, editado por la alcarreña editorial AACHE, lleva por título "El palacio ducal de Pastrana" y ha sido su autor el historiador alcarreño Aurelio García López (Hontoba, 1967), quien durante años ha investigado en todos los archivos y bibliografías posibles para componer un secuenciada historia del edificio. No falta nada, y añade muchos elementos de la historia urbana de Pastrana, porque al mismo tiempo que la plaza que preside hubo que hacer las puertas de entrada a la misma, las casas que la rodean y formaban el espacio de mercado y todo lo que supuso reordenación urbana de la villa.
El autor de este palacio, iniciada su construcción hacia 1535, es Alonso de Covarrubias, que en él ensaya los esquemas más sobrios del Renacimiento castellano, fuera de las platerescas ornamentaciones al uso. Utilizado por los primeros dueños, duques de Francavila, y revitalizado por los siguientes, los duques de Pastrana príncipes de Éboli, tras siglos de decadencia ha vuelto a resurgir restaurado.Este libro, que saludamos con alegría y que, una vez leído al completo, nos ha proporcionado mucha información de la que carecíamos, viene en el momento justo de la prevista apertura al público del monumento, que ahora podrá ser apreciado y conocido en su auténtica dimensión.Imaginamos que la obra va a ser recibida con entusiasmo en Pastrana, tanto por su población como por sus regidores así como en la Universidad de Alcalá, que con esta obra cuenta ya con un elemento útil de divulgación de este su emblemático palacio alcarreño.



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